El Parlament aprobó la propuesta de pacto fiscal que ha de negociar con el Gobierno central y tramitar ante el Congreso. Lo hizo con los votos de CiU, ERC, Solidaritat Catalana y parcialmente del PSC, el voto en contra del PP , Solidaritat per la Independència y Ciudadanos. Apuesta por una agencia tributaria catalana propia, de recaudar, organizar y gestionar los impuestos que se recaudan en Catalunya “colaborando con otras agencias tributarias” pero teniendo la llave de la caja y que tanto el Govern como el Parlament tengan la capacidad de modificar y hacer política fiscal.

La gran incógnita del debate era la posición del PSC, dado que las posturas del resto de grupos estaba prefijada de antemano. Las negociaciones con los socialistas no se interrumpieron hasta minutos antes del inicio del pleno y al final discreparon sobre el punto de la caja única y no consorciada con la española, pese a que la propuesta señala que “la agencia tributaria catalana tendría que colaborar administrativamente con otras administraciones de carácter local, estatal y europeo, especialmente en la lucha contra el fraude fiscal”. La socialista Rocío Martínez Samper aseguró que la propuesta de Mas “no está amparada en la Constitución ni en el Estatut, por lo que vamos ante un vacío legal”. Propuso avanzar en el terreno de “soberanías compartidas, es una contradicción pretender cambiar el modelo de estado sin garantías”. Apostilló que las en política “las propuestas han de ser viables y que no estén destinadas a estrellarse en la primara curva”. Finalmente advirtió que “si se trata de hacer gimnasia independentista para ir generando frustraciones, a nosotros no nos esperen”.

El presidente del grupo socialista, Joaquim Nadal, insistió en este punto y aseguró que su formación estaba de acuerdo con el cambio de modelo, pero “no en romper las reglas del juego”. De cualquier forma los socialistas catalanes se desmarcaron del PP, aunque está bastante claro que su postura difiere de la radical oposición del PSOE, por lo que Nadal insistió que no debían pedir permiso a este partido para fijar su postura.

Más contundente fue la postura de los populares catalanes, no sólo votaron en contra si no que presentaron un texto alternativo que mejoraría la financiación de Catalunya proponiendo un sistema de fianciación singular dentro de la LOFCA (Ley Orgánica de Financiación Autonómica). Aseguraron que la propuesta del president provocará un choque de trenes con el Estado, dado que a su entender la propuesta “rompe el estado de derecho”. Avisó a Mas que gobernaba en minoría y que con esta propuesta estrenaba un camino para que los catalanes se sintieran otra vez frustrados. Constató que ni el Gobierno central comulga con estas tesis ni la mayoría de diputados en el Congreso, dado que los del PP y los del PSOE también se oponen a esta propuesta. Finalmente valoró que el pacto de CiU con ERC es “el pacto para la independencia”, cuando lo que necesita el país “es una propuesta de consenso, y usted apuesta por el radicalismo y el derecho a decidir”.

Artur Mas defendió la propuesta del Govern y acabó su intervención reclamando a los grupos que le criticaran todo lo que considerara oportuno “pero voten a favor”. La había iniciado señalando que “de lo que pase aquí y en Madrid en los próximos meses tendrá consecuencias de gran calado para Catalunya y España” y subrayo “la profunda carga política y social de este debate” . Acto seguido explicó que esta propuesta “aborda el proyecto central y vital de la legislatura” y aseguró que con su consecución “sería una solución por buena parte de casi todos los problemas y una oportunidad para el resto del Estado si en Madrid se vean las cosas un poco diferente de lo que es habitual”. Aún añadió que “con la mitad del pacto fiscal Catalunya tendría un déficit cero y no tendríamos que hacer los actuales recortes”.

No sólo pidió el máximo consenso parlamentario para negociar con Madrid, sino que pormenizó las razones de su propuesta en un debate que calificó de histórico. “No tiene sentido que durante 30 años las autonomias tenían que gestionar los gastos pero no los ingresos, ahora proponemos cobrar y decidir sobre los impuestos” y aseguró que con el actual sisema se penaliza los territorios con mayor capacidad productiva.

Recordó que la Constitución no habla del sistema de financiación autonómica, quien si lo hace es la LOFCA, por lo que “si conseguimos que Catalunya quede fuera de la LOFCA , que no es inconstitucional, entonces tendríamos unas relaciones con el Estado que serían bilaterales, es un problema de voluntad política”, aseguró Mas quien aseguró que este nuevo sistema “no quiere decir que sea insolidario con el resto de comunidades”.

Replicó el president a los que aseguran que con la actual crisis no es el momento de plantear el pacto fiscal asegurando que “cambiar de estatus en el modelo de financiación no cuesta un euro y a partir de aquí se establece un calendario. Reclamamos un cambio de fuero más allá de las necesidades del momento. Es el ahora o nunca para conseguirlo, y por lo tanto ahora que es cuando hay la mejor coyuntura para sacar adelante este proyecto” y aseguró que la gran ventaja de Catalunya es que “tenemos un proyecto y los que nos preguntamos su España lo tiene, y tampoco está demasiado claro que lo tenga la zona euro”. Finalmente Artur Mas invitó a Alícia Sánchez Camacho que no sacara demasiado pecho “por que en España las próximas semanas pueden pasar cosas”. Y advirtió que “hay un largo camino entre acudir al fondo de liquidez y que Montoro mande en Catalunya. Esto no pasará porque antes pasarían muchas otras cosas”.

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