Lenin returns

27/07/2012

Daniel Serrano. Como si de un justiciero enmascarado de la Marvel o DC se tratara, Lenin vuelve. Como Batman. El líder bolchevique ya había sido reivindicado en su momento por Slavoj Zizek y ahora hace lo propio, aquí en España, Constantino Bértolo, que nos ofrece una selección heterodoxa de textos del Lenin que ya ha tomado el Palacio de Invierno y le da vueltas a eso de construir el socialismo a lo largo y ancho de las estepas rusas.

Vivimos en estado de shock a la espera de que el Armagedón se produzca, así que no es raro que haya quien busque respuestas en los clásicos del marxismo, adaptados y actualizados y desprovistos de la densa paja que los hacía tan indigestos. Y, así, en la sección de novedades de no ficción de las librerías, Trotsky y Marx y Engels y Lenin nos miran desde la altura de la Historia y sugieren que esto ya lo habían dicho ellos, toda crisis económica deviene en crisis sistémica, el capitalismo es así, camaradas, eso os pasa por fiaros del patrón y pedir hipotecas como descosidos.

Lo cierto es que resulta interesante lo enormemente actuales y pertinentes que son algunos análisis marxistas. En el caso concreto de Lenin, además, estamos ante una verdadera máquina de producir certeras sentencias, eslóganes brillantes y frases de insuperable eficacia propagandística. Lenin es el gran estratega y el gran publicista y así nos lo muestra Bértolo en el ensayo que abre esta antología. Basten un par de citas para colocar a Lenin en su lugar de sobresaliente púgil dialéctico:

“Lo importante no es tener razón sino tenerla en el momento oportuno”.

“No basta, por lo general, que los de abajo no quieran vivir como antes, sino que es necesario que los de arriba no puedan vivir como hasta entonces”.

Una verdadera delicia, puro alarde inteligencia implacable que, sin embargo, tiene su reverso oscuro cuando se trata de defender una lucha en la que no haya piedad con el contrario: “La ofensiva contra el enemigo debe ser lo más enérgica posible: ofensiva y no defensiva, esta debe ser la consigna de las masas; y su tarea, el exterminio implacable del enemigo”. Glups.

En fin, ni siquiera Lenin es perfecto, su carácter tiende a la violencia y le aqueja una enternecedora debilidad por algo tan poco científico como el voluntarismo proletario. Me refiero a esos sábados comunistas de los que se felicita en algún texto de este volumen y que consisten en echar unas horitas extra en día festivo a mayor gloria de la revolución. Lo cual resulta loable pero, demostrado ha quedado en más de una ocasión (del Gran Salto Adelante a la Zafra de los 10 millones), de escasísima eficiencia.

De cualquier manera, resulta de lo más entretenido leer esta Antología Lenin. Una compilación de lo menos convencional, pues mientras elude acudir a los textos más difundidos de Lenin (¿Qué hacer?, El Estado y la Revolución), incluye, por ejemplo, una nota en la que el dirigente soviético exige que se abran las bibliotecas públicas hasta las once de la noche y se instituya el modelo suizo-estadounidense de préstamo de libros.

Constatino Bértolo nos trae de la mano a un Lenin que reivindica la emancipación de la mujer, denuncia el imperialismo y anticipa el grito de Lo llaman democracia y no lo es al señalar las contradicciones del sistema parlamentario burgués.

Pueden tomarle en serio, escandalizarse o rechazar de plano sus planteamientos. Pero les aseguro que no les dejará indiferentes. Y menos en estos días en los que todos buscamos respuestas en medio de este caos al que nos hemos precipitado.

No sé si lo de “todo el poder para los soviets” puede aplicarse en este siglo XXI de nuestros padeceres pero, qué caramba, nunca está de más aplicarse en la lectura de los clásicos, siempre y cuando se haga con la distancia adecuada, claro, y no surja el jemer rojo de turno dispuesto a cometer alguna atrocidad, que tampoco es eso.

Decía al principio que Lenin resucita como un superhéroe de la Marvel. Habrá quien sostenga, por supuesto, que quien regresa es un supervillano. Como el Joker. Como Lex Luthor. Como el Duende Verde.

Sea como sea, esta Antologia Lenin puede serles de utilidad para una tranquila mañana de playa (y epatarán a sus vecinos de toalla, no lo duden). Y, además, está llena de jugosas citas del todo adecuadas para quedar bien en twitter un 15M cualquiera. Ahí va un ejemplo que me ha agradado especialmente:

“La Historia se mueve muy despacio, hay que empujarla un poco”. (Andrei Zhéliabov).

Salud.

Antología Lenin. El revolucionario que no sabía demasiado. Edición de Constantino Bértolo. Editorial Catarata. 166 páginas.

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