Quiero comprar, con los ahorrillos que me quedan, deuda soberana del Reino de España.
Ni corto ni perezoso, me he acercado al banco y les he explicado que ellos, como institución, me dan una miseria de interés y que estoy aburrido de oír que al que compra deuda del Reino de España, o una cosa llamada bono a 10 años, le dan el 7% de interés, y claro, como comprenderá Señor Director de sucursal, yo quiero invertir mis ahorrillos en eso.
Tras mirarme con los ojos estrábicos, y poniendo cara de pensar que yo estaba loco, pasó a enumerarme la inmensa cantidad de productos financieros de ahorro, con interés fijo, variable, mixto, plan de pensiones, seguros médicos,…
¡Que no, señor director, que no! Que quiero bonos a 10 años al 7%, que lo dice la prensa, que lo dice el Gobierno y, como ninguno de ellos miente, deben de existir y yo debo poder comprarlos.
Además, si al final el interés de esos bonos lo vamos a pagar todos con nuestros impuestos, ¿por qué no puedo yo disfrutar de ese beneficio? Yo he hecho mis deberes y he ahorrado y ahora, por ser un buen ciudadano, quiero disfrutar de los beneficios que el Estado da por sus bonos.
-Mire caballero, no estoy para perder el tiempo, así que o compro yo unos bonos de esos o me pone usted mis ahorros en una sicav o directamente saco el dinero del banco y me lo llevo a casa.
-Mire señor, estos bonos los compran las aseguradoras y los hedge funds, y usted no puede; le podemos vender a través del banco unos bonos a 5 años.
-¿Los qué? ¿Qué es eso de hedge funds?
-Son unos instrumentos financieros que los gestionan la corredurías de bolsa, los fondos de inversión y los bancos financieros.
-Ya, los bonos a 5 años sí porque a ustedes el Estado les da el 5% y ustedes a mi el 3% como mucho. Señor, hace rato que me caí de un guindo, así que zapatero a tus zapatos. Usted, siga intentando vender los que su jefe le dicta, que yo voy a intentar ir al Ministerio de Economía a comprar bonos a 10 años del Reino de España y demostrarles que no me chupo el dedo y que como mucho, me voy a chupar el mío después de deleitarme con unos:
Chupa Chups de fresa y chocolate
Ingredientes:
– 340 gramos de chocolate negro o de cobertura.
– 1/2 kilo de fresones, los más gordos posible.
– 6 cucharadas de mantequilla sin sal.
– 1/2 taza de azúcar blanco.
– 1/4 taza coñac, o whisky, o ron; es para darle un toque sabroso-festivo; no poner alcohol como para olvidar penas, hay que ser comedidos.
– 1 cucharadita de vainilla en polvo.
– 340 gramos de chocolate blanco.
– 1 pizca de azafrán en polvo o de colorante alimentario.
Preparación:
Colocamos el chocolate negro en una cazuela al baño maría, reservando un par de onzas para decorar, y dejamos que se derrita.
Apagamos el fuego y dejamos enfriar el chocolate.
Ahora ponemos en ponemos en la batidora, la mantequilla junto con el azúcar y le damos caña durante unos 3 minutos; aquí me ahorro comentario, que vendría que ni pintado, sobre a quién habría que dar caña en este país.
Mientra batimos añadimos poco a poco el coñac o la bebida elegida y la vainilla hasta que la mezcla quede ligera y esponjosa.
Vertimos esta cremita en el chocolate derretido que tenemos en el baño maría y sin sacarlo removemos hasta uniformar el color.
Si espesa mucho añadimos leche.
Con los fresones ensartados en un palillo grande (aquí me ahorro el cometario sobre quiénes debían de ser ensartados y en qué tipo de palillos), los vamos a recubrir con la masa ligerita que hemos hecho, intentando recubrir bien todo el fresón; lo hacemos como si se tratase de una fondue de chocolate.
Es más, para llegar hasta aquí, en lugar de un baño maría hemos podido utilizar una fondue.
Una vez bien chocolateados nuestros fresones, esperamos a que se endurezcan simplemente metiéndolos en el frigo.
Mientras se endurecen nuestros fresones, limpiamos el baño maría o la fondue y vamos a derretir el chocolate blanco, que al igual que no existe la política es mentira que sea chocolate, sólo es su grasa, pero en fin, lo seguiremos llamando chocolate.
No pongan todo, reserven un par de onzas para decorar.
En un plato hondo rallamos el chocolate negro y el blanco que teníamos reservados y espolvoreamos el azafrán.
Sacamos los fresones endurecidos del frigo y los bañamos en el chocolate blanco que tenemos licuado. Esperamos a que se endurezcan un poco y los pasamos por el polvito de chocolates y azafrán, y vuelta al frigo. Y para los mas sibaritas, antes de meterlos en el frigorífico los salamos ligeramente con una sal escamada, poquita, no nos vayamos a pasar y a que todo el que se pasa, la fastidia, por no decir una palabrota.
Los dejamos ahí hasta que llegue la hora de comerlos.
¡¡¡Buen provecho!!!
Patricio Sesma Granell, director del Restaurante Bokado de Madrid
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