Convertir a los soldados en superhombres es una obsesión para el DARPA (grupo de investigación tecnológica del Departamento de Defensa de Estados Unidos), con proyectos, entre otros, como las lentillas de Realidad Aumentada. El último paso dado para lograr ese objetivo es la inversión en un nuevo exoesqueleto para mejorar la resistencia de los soldados en el campo de batalla. El Instituto Wyss de Ingeniería Inspirada Biológicamente, de la Universidad de Harvard, ha recibido 2,6 millones de dólares para desarrollar este prototipo cuyo fin es retrasar la aparición de la fatiga. Esto permitiría a los soldados caminar distancias más largas y aguantar mejor el transporte de cargas pesadas.
El equipo de bioingenieros del Instituto Wyss, liderados por Conor Walsh, profesor asistente de ingeniería mecánica y biomédica en la Escuela de Harvard de Ingeniería y Ciencias Aplicadas (SEAS), integrará varias tecnologías novedosas, como sensores elásticos. Se trata de construir una especie de exoesqueleto pero no con componentes rígidos como suelen ser éstos sino blandos para facilitar la movilidad, alejándose de la figura del Iron Man y basándose más en la ayuda de los músculos. Debe ser ligero, eficiente y que se adapte perfectamente al uniforme que el soldado lleva debajo sin que produzca roces. Serían un traje flexible con paneles y arneses que incorporarán sensores y sistemas interactivos. Por ejemplo, un sensor para detectar los primeros signos de cansancio y un sistema que daría masajes mediante leves vibraciones para aliviar las zonas cansadas. Otro de los obstáculos que deben superar es lograr una mayor autonomía que los exoesqueletos, con pilas de combustible, por ejemplo.
La razón detrás de este deseo de aumentar las capacidades humanas se basa en una realidad: a medida que avanza la tecnología, los soldados modernos de infantería avanza con un equipo portátil muy pesado, con un peso equivalente en la espalda al de una persona pequeña. Si esto se le suma el calor del desierto, no es extraño el objetivo del DARPA.
Aunque el DARPA desarrolla proyectos para el ámbito militar, muchas de sus prototipos se plasman en civiles. En este caso, este traje inteligente podría aumentar la resistencia de personas mayores o de personas con movilidad reducida.
Los exoesqueletos para asistir a personas no pertenecen a la ciencia ficción. La firma japonesa Toyota, por ejemplo, prevé lanzar en 2013 los primeros robots para ayudar a caminar a pacientes tetrapléjicos, conocidos como Independent Walk Assist. Con el mismo fin, otra empresa nipona, Cyberdine, diseñó el Robot Suit HAL. También investigadores de la Universidad de Berkeley, capitaneados por el profesor Homayoon Kazerooni, han desarrollado uno. En España, la Fundación Step by Step acaba de incorporar el de la empresa Ekso Bionics en la rehabilitación de lesionados medulares. Los que lo han probado, además de poder caminar mientras ejercitan el cuerpo (una hora con él equivale a tres de ejercicios), valoran no solo volver a sentirse erguidos y dar pasos sino también el poder estar a la misma altura de otras personas y mirarles a los ojos.
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