Las promesas, no cumplidas, de Ridley Scott y “Prometheus”

03/08/2012

María Martín. Treinta y tres años después de que Ridley Scott diera vida a "Alien, el octavo pasajero" llega a las pantallas su última creación: "Prometheus".

Han pasado 33 años desde que Ridley Scott se pudo tras una cámara para dar vida a parte del universo creado por Dan O’Bannon y Ronald Shusett en “Alien, el octavo pasajero”. Corría el año 1979, y aquella película de terror en el espacio se convirtió en un éxito de crítica y público, en una película de culto cuya magia intentó perpetuarse a lo largo de tres entregas más (Aliens, Alien3 y Alien Resurrección)y de dos crossovers con otro alienígena dispuesto a acabar con la raza humana en “Alien versus Predator” y “Alien versus Predator: Requiem”. Solo “Aliens” fue capaz de mantener el nivel, aunque para ello tuvo que cambiar de géneros: del terror a la acción pura y dura bajo las órdenes de James Cameron.

Tres décadas después parecía buena idea resucitar la franquicia y ofrecer a los fans una nueva entrega. Pero “Prometheus” no era sólo eso, prometía una vuelta a los orígenes de la saga, contar la historia que no se había contado aún. Y nadie parecía más adecuado para hacerlo que aquel que la encumbró a los altares de la ciencia ficción, Ridley Scott. Nada podía fallar. Y, sin embargo, “Prometheus” está lejos de ser la joya que muchos deseábamos que fuera.

La repetición de un patrón estelar en pictogramas de todas las épocas y civilizaciones de la raza humana llevan a un grupo de exploradores a emprender un viaje intergaláctico para encontrar respuestas sobre nuestro origen. “No es un mapa, es una invitación”, dice el personaje interpretado por Noomi Rapace en los primeros compases del largometraje, marcando el tono de la que será su aventura. Pero detrás de la financiación está la Corporación Weyland, un gigante del comercio interestelar dispuesto a sacrificarlo todo en favor de los beneficios.

La lucha entre la utopía que unos persiguen y la codicia desmesurada de otros podría haber sido un buen motor para la historia y, sin embargo, no se aprovecha lo suficiente en la historia. Está ahí, cierto, y es lo que provoca los primeros conflictos, pero se desdibuja a medida que pasan los minutos para ceder protagonismo a otra conspiración mucho más peligrosa para todos. Una conspiración, sin embargo, que tampoco se explica en detalle, y que deja muchos más interrogantes de los que resuelve.

“Prometheus” no es en absoluto una mala película, eso vaya por delante, pero sí es una película fallida. Las interpretaciones de Charlize Theron y Michael Fassbender son perfectas. Son los personajes menos histriónicos y con más autocontrol de la nave, y saben cómo hacerlo. Son capaces de convertir unos protagonistas que podrían ser planos en otras manos, en algo verdaderamente interesante de los que quieres saber mucho más de lo que se cuenta. Noomi Rapace está correcta, y su evolución, la más llamativa en la película, queda a veces deslucida porque roza lo increíble. El resto de actores (Idris Elba, Guy Pierce, Logan Marshall-Green…) son meros secundarios al servicio de la historia, necesarios para provocar al espectador sentimientos de odio, compasión o épica según los requiera el guión, pero poco más. Y es una lástima, porque algunos de ellos (Elba sobre todo) son capaces de dar mucho más.

Visualmente “Prometheus” es espectacular, tanto en su versión 2D como en la 3D, no hay duda de que ese nuevo mundo te entra por los ojos, y el diseño de escenarios es capaz de provocar la inquietud en el espectador incluso cuando no se dice nada. Sólo viendo los sets creados.

Así que, si las interpretaciones no fallan, y la escenografía tampoco, sólo podemos mirar a un sitio para encontrar lo que hace que “Prometheus” no sea todo lo buena que esperábamos. El guión. Un guión demasiado ambicioso que intenta encajar el terror con una atmósfera mucho más metafísica de búsqueda de nuestros orígenes, de comprensión de la historia de la raza humana. Y hay que ser muy buen chef para combinar dos ingredientes tan potentes e incompatibles y que el plato sea delicioso. La historia da bandazos de uno a otro, incapaz de encontrar un equilibrio, y dejando a todos insatisfechos por su inconsistencia. Podría haber sido una magnífica historia de terror. O una elegante propuesta que arrojara una teoría (aunque fuera increíble) sobre la fuente de toda vida humana, sobre nuestra propia naturaleza y nuestras motivaciones. Sin embargo, se queda a medio camino de ambas, sembrando el largometraje de agujeros argumentales difíciles de ignorar. Y eso, cuando tienes al frente a un talentoso director, responsable de dos joyas de la ciencia ficción en esas dos vertientes como son Alien y Blade Runner, es un error difícilmente perdonable, por mucho que la película no se haga larga y proporcione algo más de dos horas de entretenimiento. “Prometheus” podría haber sido mucho más.

Traíler de Prometheus:

http://www.youtube.com/watch?v=MldbTQFVE6c

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