Internacionalizarse o morir. La expresión está llevada al extremo, pero cuando el mercado nacional no da síntomas de recuperación hay que buscar otras salidas. La solución está, en muchos casos, en introducirse en otros mercados, en internacionalizar la empresa.

Así lo están haciendo las franquicias españolas. En 2011 pasaron de 242 a 271 fuera de nuestras fronteras, lo que supone un avance sin precedentes para el sector, según datos del ICEX y de la Asociación Española de Franquiciadores.

Operan en 118 países con 17.081 establecimientos frente a los 11.178 que había en 2010, cuando tenían presencia en 112 países. La mayoría de los sectores ha incrementado su presencia internacional, tanto en marcas como en número de locales, excepto servicios informáticos, servicios para automóviles y financieros. Destaca sobre todo la buena progresión de las empresas de moda y de las que se relacionan con la belleza, la estética, la dietética, la parafarmacia y los servicios de salud.

El primer destino internacional de las franquicias españolas sigue siendo Portugal, con 195 marcas presentes en su mercado. El año pasado el número de establecimientos que operaban en el país vecino aumentó un 34%, hasta alcanzar los 3.084. Por detrás se sitúan México y Francia, que también repiten posiciones respecto a años anteriores.

Fuera de los mercados europeos o latinoamericanos, destaca la expansión de las franquicias españolas en Oriente Medio, donde han crecido un 111% en el último año, lo que ha permitido la apertura de 371 nuevos locales. En Asia el presencia ha crecido un 69%. China cuenta ya con 23 franquicias españolas que han abierto 802 establecimientos.