La economía francesa ni creció ni decreció en el segundo trimestre, según los datos de la oficina estadística del país vecino, INSEE, que reflejan un 0,0% de variación respecto al trimestre anterior.

El dato es mejor de lo esperado por el consenso de los analistas y por el propio Bnaco de Francia, que preveían una caída del 0,1%.

Los datos reflejan que el consumo de las familias experimentó un notable decrecimiento al retroceder un 0,2%, frente al 0,2% de crecimiento en el trimestre anterior, mientras que la inversión, medida en la formación bruta de capital fijo se incrementó un notable 0,6%, después de haber retrocedido un 0,8% en el trimestre anterior.

La conjunción de estas dos variables hizo que el total de la demanda doméstica, (excluyendo cambios en inventarios) aportada al PIB una décima, en  tanto que en el trimestre anterior permaneció completamente plana.

Las importaciones experimentaron una marcada aceleración, al crecer un 1,8% en comparación con el 0,6% del trimestre anterior, mientras que las exportaciones permaneceieron en niveles semejantes al trimestre anterior, 0,2% frente a 0,1%. En consecuencia, la contribución del balance comercial al PIB fue negativo en cinco décikas, frente al 0,1%& del trimestre anterior.

La evolución de los inventarios contribuyó al crecimiento del PIB en 0,3 puntos, mientras que en el trimestre anterior solo aportó un 0,1%.

Los datos del servicio estadístico francés reflejan no obstante, que la producción total de bienes y servicios se mantuvo plana entre abril y junio. La producción industrial volvió a caer un 1%, frente al 0,9% del trimestre anterior, mientras que la producción de servicios creció un 0,2%, lo mismo que en el trimestre anterior. Especialmente destacado resulta la caída de la producción de equipamientos de transporte, que bajó un 3,3% en el trimestre, frente a un decrecimiento del 0,8% en el anterior.