La respuesta la ha dado a conocer el ministro ecuatoriano de Exteriores, Ricardo Patiño, en una rueda de prensa en la que ha explicado que, tras una exhaustiva evaluación, han concluido que los argumentos expuestos «dan sustento a los temores» de Assange.
Ecuador respalda de esta manera la tesis de Assange, quien asegura que es «víctima de una persecución en varios países por publicar la verdad y con ello desenmascarar las violaciones a los Derechos Humanos», por tanto, puede Quito aseverar que se encuentra «en una situación de peligro inminente».
Assange se encuentra refugiado en la Embajada de Ecuador en Londres desde el pasado 19 de junio. Las autoridades suecas han pedido a Reino Unido su extradición para que se enfrente a varios cargos por abuso sexual contra dos mujeres, versión que rechaza el acusado que ha denunciado represalias por parte de Estados Unidos por revelar cientos de miles de documentos secretos sobre las guerras en Irak y Afganistán y del Departamento de Estado.
En su exposición de motivos, Patiño ha alertado de que en el caso de Assange «existen serios indicios de represalias», además «existe la certeza de que es factible la extradición a un tercer país fuera de la Unión Europea», como por ejemplo Estados Unidos.
«La evidencia jurídica muestra claramente que, de darse una extradición a Estados Unidos, (Assange) no tendría un juicio justo y podría ser juzgado por tribunales» sin competencia en el caso, pero además podría ser víctima de un «trato cruel o degradante» y condenado a cadena perpetua o la pena de muerte.
Ecuador justifica su decisión alegando que «Assange es víctima de una persecución política por su defensa de la libertad de expresión» y que su vida «corre peligro», así como «su seguridad e integridad personal».
Sin garantías
Patiño ha dejado claro que Assange «debe responder por la investigación abierta en Suecia», sin embargo, denuncia que ese país «ha tenido una actitud contradictoria» con respecto a la defensa que se le debería proporcionar al acusado y otros asuntos relacionados con el proceso judicial.
Así, el ministro ha revelado que durante el análisis de la solicitud de asilo, las autoridades ecuatorianas sostuvieron «conversaciones de alto nivel» con representantes de los gobiernos de Suecia, Reino Unido y Estados Unidos.
Con las autoridades británicas consultaron las garantías que podían ofrecer para evitar que el fundador de Wikileaks fuese extraditado a un tercer país, pero «por desgracia Reino Unido en ningún momento dio muestras de querer» llegar a un acuerdo con Quito, ha subrayado Patiño.
En las conversaciones con los representantes suecos se les preguntó si estaban dispuestos a garantizar la no extradición de Assange a Estados Unidos, pero Estocolmo «rechazó cualquier compromiso en ese sentido».
Además, Ecuador pidió a las autoridades suecas que tomasen declaración de Assange en la Embajada ecuatoriana en Londres, pero «Suecia no aceptó», ha enfatizado el canciller.
Patiño ha desvelado que también enviaron un comunicado a Washington en el que preguntaban si «existe un proceso legal en curso contra Assange y Wikileaks» y, en caso de ser cierto, que explicaran los fundamentos legales del mismo, pero la respuesta de Estados Unidos es que «no pueden ofrecer información al respecto alegando que es un asunto bilateral entre Ecuador y Reino Unido».
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