El grupo de concesiones y la compañía que preside Rafael del Pino figuran actualmente como dos de los principales operadores y gestores privados de aeropuertos del mundo.

Ferrovial controla BAA, compañía británica gestora de seis aeródromos británicos, entre ellos los londinenses de Heathrow y Stansted. Hasta el pasado mes de octubre, un total de 88,8 millones de viajeros pasaron por sus instalaciones.

De su lado, el grupo concesional participado por La Caixa y ACS tiene participaciones en una treinta de aeropuertos repartidos en nueve países, que suman también un tráfico anual de unos ochenta millones de viajeros.

En concreto, Abertis controla TBI, sociedad de aeropuertos en la que controla un 90% del capital y Aena Internacional, el 10% restante. La empresa cuenta con aeropuertos de Reino Unido (London Luton, Cardiff y Belfast), el Skavsta de Estocolmo, los bolivianos de La Paz, Santa cruz y Cochabamba, y el estadounidense de Orlando Sanford.

Además, tiene contratos de gestión total o parcial en otros cinco aeropuertos de Estados Unidos y participa en la empresa gestora de quince aeropuertos mexicanos. En España, participa en el proyecto del aeropuerto Castellón Costa Azahar.

Cumple condiciones del sector

El modelo de privatización parcial de Aena que finalmente ha presentado el Ministerio de Fomento cumple con dos de las condiciones que los principales grupos españoles potencialmente interesados plantearon, como son la participación en la gestión y la entrada en el capital de los grandes aeropuertos.

El departamento que dirige José Blanco ha recibido ya «más de una docena» de muestras de interés por la apertura de Aena y sus principales aeródromos al capital privado, según indicaron en fuentes oficiales de Fomento.

Las mismas fuentes indicaron que la selección de los nuevos accionistas privado se realizará a través de un concurso público abierto, «la mejor fórmula para estimular la competencia».

Fomento prevé iniciar a finales de febrero de 2011 el proceso de selección de nuevos inversores, entre los que no se descartan fondos de inversión, inversores institucionales, operadores y entidades. Incluso no se descarta su salida a Bolsa.

En virtud del nuevo modelo, un grupo de aeropuertos, entre los que destacan Barajas y El Prat, pasarán a ser gestionados por compañías privadas a través de un contrato de concesión a cuarenta años.