Nada es como parece

01/12/2010

Miguel Larrañaga. 1-12-2010

Cuando comenzaba en esto de la Bolsa lo que más me sorprendía era un dicho que los veteranos solían decir cada dos por tres: “nada es como parece”. Con el tiempo y el paso de los años, demasiados, he hecho mía la expresión tras darme cuenta de que se cumple una y otra vez (menos cuando esperas que se cumpla, claro).

La de ayer era una jornada con todos los ingredientes necesarios para el cataclismo. Wall Street había perdido fuelle y era lo único que parecía mantenernos con vida en las últimas sesiones. Las Bolsas asiáticas tampoco estaban para tirar cohetes y no suelen servir demasiado como referencia para la jornada europea.

La situación era más que preocupante, pero eso es lo de menos cuando se trata de la Bolsa. Hoy se decidió unánimemente que tocaba subir con fuerza y fue dicho y hecho. Apertura de las buenas y alzas sostenidas durante toda la sesión que fueron refrendadas por un inicio espectacular en Wall Street.

Le contarán que las reformas anunciadas por Zapatero sentaron bien al mercado y será verdad. Le dirán que la presión sobre la deuda se aminoró y también será verdad. Pero también le podrían decir, y sería verdad, que por lo general los días uno de cada mes son alcistas y usted se lo tomaría menos en serio. Ninguna es la verdad absoluta. Lo único cierto e irrefutable es que se dieron todos los ingredientes para encender la mecha y ésta prendió.

Ahora falta despejar otra incógnita. ¿Es esta la señal para el inicio del “rally de fin de año”? Si para lo pasado puede haber cinco o seis verdades, para lo futuro el abanico es inmenso, porque a la hora de hacer predicciones cada cual se apoya en lo que más le conviene. Mi idea es que si los datos macro acompañan y los políticos dejan de hacer las cosas al revés, habrá rally y podríamos cerrar el año en máximos. Pero son demasiados condicionantes los que hay que poner encima de la mesa para que este vaticinio pueda ser tenido en cuenta con seriedad. Además, recuierden que nada es como parece-

Y antes de terminar, permítanme un mínimo inciso. Quiero dar las gracias a los especuladores por la jornada de ayer. No lo duden, también fueron ellos pero nadie se lo reconocerá y a mí me gusta estar a las duras y a las maduras. ¿O fue un inversor de los “normales” el que se posicionó ayer en la apertura contra viento y marea? Oiga, ni uno. Se lo garantizo. Ahora les llamarán “cazagangas” en lugar de especuladores, pero es porque ahora jugaron a favor de la corriente general.

En resumen, jornada alcista de las de libro en la que el Ibex llevó la mejor parte con una subida del 4,44% y el índice más remolón resultó ser el CAC francés, que limitó su avance al 1,63% aquejado de un mal denominado Carrefour, cuyas acciones se desplomaron tras modificar a la baja sus previsiones para fin de año. Entre medias, el siempre consistente Dax se apuntó una ganancia del 2,56% y el Footsie londinense hizo lo propio en un 2,07%.

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