Los problemas hay que afrontarlos con decisión. ¿Que el Ecce Homo está hecho un cristo? Pues cojo las pinturas y sin más dilación lo dejo como un San Luis.

Señora, usted necesita una carrera de Bellas Artes y una especialización para ser restauradora.

¡Y una mierda! Así va el país, que para pedir un rescate se pasan dos años y se quedan tan campantes.

Así que como lo de la carrera es mucho tiempo, y el cuadro se va a caer a pedazos, me voy al hogar del jubilado y con un cursillo rápido de pintura que me da el subvencionado de turno, lo arreglo yo en un santiamén.

Si nos comportásemos como la “restauradora borjana”, otro gallo nos cantaría.

Decisión, decisión y decisión, tres reglas muy importantes.

Decisión para tomar las medidas pertinentes en materia de regulación financiera y dejar de especular.¿Que hay que salirse del euro?  Pues se sale. ¡¡ Con dos pinceles!!

Decision para pedir un rescate económico que nos ayude a inyectar dinero en el mercado y dejar de marear la perdiz. ¿Que para eso hay que derribar las viviendas que sobran? Pues se tiran ¡¡Con dos témperas!!

Decisión para regular el cachondeo de los ERE, de los cursillos de formación y de los nominados a dedo. ¿Que para eso  hay que meter en la cárcel a los políticos y chupatintas? Pues como no habría sitio en las cárceles, se habilitan las viviendas vacías como cárceles. Y con dos oleos bien puestos se les ata a la pata de la cama hasta que devuelvan la pasta.

Estoy seguro de que a Borja mandaron a un primo del diputado de sabe dios qué partido, que era pintor de brocha gorda, y dio un curso de restauración subvencionado por el Reino de Aragón, subvención que se repartieron el primo, el del sindicato y el del ERE.

Y claro, así pasa, que le metieron pajaritos en la cabeza a mi amiga y como buena maña en un ti-ta restauró el cuadro.

Pues me parece genial, hay que ser decididos, coger el toro por los cuernos y adelante, pase lo que pase, que si sale con barba San Anton y si no la Purísima, que para Ecce Homo tenemos miles pululando por este país, en especial el de Marinaleda.

Tú, barbas, ¿te has parado a pensar que tu sindicato también esta subvencionado?

Si tuvieses los que hay que tener, como lo tiene mi amiga mañica, no te meterías en la finca  de un particular a bañarte, irías a darte un chapuzón a la Moncloa que también tiene piscina.

Como dice la expresión popular, ¿a que no hay huevos?  Y si los hay, quítate la coquilla de aforado que te los protege, “que con buen bolo bien se jode”.

Y hablando de huevos, maños y jodiendas,  me viene a la cabeza una discusión que presencié entre un navarro y un maño sobre la receta del Conejo estilo montaña.

El maño decía que el secreto estaba en el mojo hecho con el higadillo del conejo, y el navarro, guasón él, le decía que no hay conejo sin huevos.

El maño, encendiéndose, preguntó indignado que dónde metía los huevos al conejo y el navarro, con su sorna, le dijo: “Tú sabrás, hay muchas maneras de meter  los huevos en un conejo”.

El maño, encendido, replicó: “Te voy a dar una trompada en los huevos y te  voy a sacar los higadillos por la boca”.

“Sacar no, meter, hemos dicho meter, y no te pases de la raya”, sentenció el navarrico

Por cierto Borja es conocido por ser la Raya entre Navarra y Aragón.

Pues ahí va la recetica, que después de tanto gazpachito, salmorejo y cosas fresquitas, viene bien darse un atracón con sabor a invierno, eso sí, regadito con un vino del campo de Borja y luego siesta debajo del aire acondicionado.

Conejo estilo montaña

Ingredientes para 4 personas gruesas:

1 conejo y medio cortado en trocitos.

El hígado del conejo.

8 patatas.

1 ramita de perejil.

1 ramita de tomillo.

6 dientes de ajo.

2 cucharones de caldo.

1 cucharón de aceite de oliva.

1 vaso de vino blanco seco.

2 cucharadas de harina.

25 grs. de piñones.

Sal.

Ponemos en la olla todos estos ingredientes: 1 cebolla, 3 zanahorias, 2 puerros, 3 dientes de ajo, ¼ de repollo, un tomate, 1 buen pedazo de morcillo de ternera, ¼ de pollo, un hueso de rodilla de ternera, un hueso de espinazo de cerdo, hueso de jamón, y nos saldrá un estupendo caldo.

Sigamos con la receta.

Frotamos el conejo con el ajo laminado y salpimentamos. Reservamos.

Pelamos las patatas y las cortamos en dados.

En una cazuela con aceite de oliva, se doran los trozos de conejo uniformemente.

Una vez doradito, se le pone el vino, el caldo, el laurel, el romero, la harina y los ajos que hemos usado para restregar el conejo.

Se remueve bien, para que la harina no haga grumos y espese la salsa.

Lo tenemos cociendo 30 minutos.

Mientras tanto, se fríe el hígado del conejo con un poco de sal y pimienta.

En el mortero, se hace una picada o majada con los piñones, el hígado y el perejil, con un poquito de caldo para que se machaque bien.

En este paso el navarro diría: ¡Los huevos ! ¿No sería mejor hacerse una tortillica con ese mojo y metérselo en un pan en lugar de meterlo en el conejo? Y “empujao” con un claretico, ha de estar ¡¡cojonudo!!

¡Que no, que la receta es sin huevos, pesao!

Así que echamos la picada en el guiso.

Cuando haya transcurrido ya la 1/2 horica de cocción, se añaden las pataticas y se deja hasta que estén hechas.

¡QUE APROVECHE!

Patricio Sesma Granell es director del restaurante Bokado de Madrid