Al fin acaba el suspense que el Gobierno ha querido dar a la prórroga del Plan Prepara. Este viernes, tras el Consejo de Ministros, podremos por fin calibrar el alcance de los cambios en los famosos 400 euros a los que, hasta ahora, podían acogerse –en principio sin límites- toda persona desempleada, una vez agotada la prestación y el subsidio, por un periodo máximo de seis meses, a cambio de un compromiso de formación.
Sin embargo, según algunos, la prórroga del Prepara esconde en realidad mucho más de lo que enseña. Estas voces interpretan que esta reforma, y su hábil escenificación veraniega, inaugura por parte del Gobierno una vía de cambios de calado en el sistema de protección por desempleo.
Este viernes, el Consejo de Ministros aprobará la reforma de los 400 euros. Según se ha insinuado, para cuando entre en vigor, y lo hace, con efectos retroactivos, desde el pasado 16 de agosto, el programa dejará fuera a un buen número de jóvenes, en concreto, aquellos que convivan en familias con rentas suficientes –sin detallar su importe, hasta el momento.
La restricción en el número de beneficiarios servirá para compensar un incremento hasta 450 euros que cobrarán los parados que acrediten dos o más familiares a su cargo, sin que se tenga en cuenta al cónyuge o pareja de hecho.
¿Y la moraleja?
¿Por qué ha tardado el Gobierno tanto en decidirse? Algunos achacan estas indecisiones a un ejercicio de improvisación, en el seno de un Ejecutivo desbordado por los acontecimientos. Otros, sin embargo, malician otra explicación.
Según estos últimos, el Ejecutivo ha utilizado la prórroga del Prepara como anticipo de futuros cambios en la prestación por desempleo. En medio de un mes de agosto relativamente calmado –nada que ver con el año pasado-, el Gobierno habría escenificado así el nuevo rumbo que quiere imprimir al capítulo de políticas pasivas, que ronda los 30.000 millones de euros anuales, y cuya dirección le exige variar Bruselas.
En apoyo de esta teoría acude la confluencia de fenómenos de índole narrativa en torno a la ayuda. El suspense inicial en torno a su continuidad, roto por el líder, Mariano Rajoy. La evaluadora comisión reunida esta semana en La Moncloa; y, como no, el miércoles, el liberador clímax al anunciar que el Gobierno no dejará a nadie tirado y… que la ayuda ¡se incrementaba!
Con los 50 euracos se liberó también una moraleja. Un ‘leit motiv’ que anticipa el comportamiento del Gobierno en torno al capítulo de políticas pasivas. Hay pocos recursos y el dinero será para quien “más lo necesita”, Santamaría dixit. ¿Les suena?
Este viernes conoceremos más detalles sobre quien queda fuera. Lo haremos sobre un telón lento, pasado el clímax, en lo que algunos llaman los ‘minutos de la basura’. Más adelante –quizás con otros juegos; quizás, otros actores-, veremos si se confirma el verdadero bocado -quizás necesario, afirman otros-. Un cambio de calado en el sistema de protección por desempleo. Hagan sus apuestas.
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