Esperar en la puerta de una cafetería a esa persona que nos gusta. Todos nos hemos enamorado  y hemos tenido esa primera cita de amor, donde todo es intriga y nervios.

Hacernos los dormidos. Todos en algún punto de nuestra vida, en algún corto periodo de tiempo nos hemos hecho los dormidos, para no tener que escuchar (o escuchar sin que lo sepan) o levantar de la cama.

Decir te quiero. No existe nadie que no haya dicho alguna vez “te quiero” creo que es una frase universal, y todos, de algún modo lo hemos dicho como mínimo una vez a lo largo de nuestra vida. Aún siendo mentira.

Decir “no lo haré más”. Sí, es creo, la promesa que menos cumplimos. Cientos de veces hemos dicho esa frase de: ya no lo haré más. Y tiempo después volver a hacer lo mismo. Las personas somos como somos, no cambiamos. Si alguien te dice alguna vez: voy a cambiar. No le creas. Nunca podrá cambiar.

Contar horas. Una, dos, tres… Horas eternas. Horas acompañadas de pensamientos en otra parte. Horas llenas de rutina en el trabajo. Todos contamos las horas que quedan para terminar de trabajar,  o las horas que faltan para el fin de semana o las horas que le quedan del fin de semana, también. Y es que desde que nacemos contamos horas, días , meses años. Por eso llevamos la cuenta de nuestra edad.

Mentir. La mentira es universal. Todos mentimos. Mentimos incluso cuando estamos diciendo la verdad. Porque cada persona argumenta de forma diferente al resto. Todos mentimos aunque digamos la verdad.

Los seres humanos somos exactamente iguales. Estamos formados por los mismos órganos. Lo único que nos hace diferentes del resto es nuestra forma de ser y nuestro cuerpo y nuestro rostro.

Pero existen cosas comunes. Esas cosas que nos separan y nos unen y que tarde o temprano todos hemos hecho en algún instante de nuestras vidas.

Y yo a veces pienso en esas cosas. Todos seguimos un patrón en el pensamiento. Pero cada cual lo utiliza de forma diferente y de ahí nace nuestra personalidad.

Es por eso que cada vez que conozco a una nueva persona pienso en que todo lo que nos separa es lo que nos une. Cuando conoces a alguien y no sabes de que tema hablar por primera vez, dile exactamente lo que a ti te gustaría que te dijeran. Y te darás cuenta que aquello que creías que os separaba es lo que os une.