Paralímpicos: las verdaderas Olimpiadas

04/09/2012

diarioabierto.es.

Londres, diez de la noche de un cálido día de agosto. Ocho atletas captan la atención de millones de personas de todo el planeta, es el momento más esperado de las Olimpiadas, Usain Bolt, Yohan Blake, Tyson Gay y compañía se preparan para hacer historia. El resultado es de todos conocidos…  final de ensueño, lo imposible se hizo realidad. Los medios alzan a categoría de dioses a mortales por el simple hecho de ser más rápidos, más fuertes, más altos que el resto de las personas.

En ese mismo momento miles de niños desearon tener unas zapatillas para llegar tan lejos como sus nuevos ídolos. Lo cierto es que una vez que esos niños crezcan y se hagan adultos se darán cuenta de que la diferencia entre las personas normales y los superatletas es tan grande que verán inalcanzable llegar a ser como sus ídolos. Pensarán que siempre hay alguien más rápido, más fuerte o más alto que ellos, pensaran que por el hecho de ser “normales”, el hacer cosas extraordinarias es imposible para ellos.

El objetivo de los Juegos Olímpicos ha sido el de trasmitir valores positivos a la sociedad, valores que ayuden a la gente a avanzar. Las Olimpiadas nacieron con un espíritu no profesional, se valoraba que jóvenes personas, estudiantes o trabajadores dedicasen tiempo al deporte una vez hubieran cumplido con sus obligaciones diarias. A medida que pasaron los años, las Olimpiadas empezaron ser un gran negocio para muchas empresas y ese espíritu de los primeros tiempos ha ido desapareciendo convirtiendo los Juegos Olímpicos  en un gran espectáculo donde lo único que importa es ganar.

Estos días se disputan las verdaderas Olimpiadas, las de los Paralímpicos, las destinadas a personas muy cercanas a nosotros, personas normales que por caprichos del destino vieron como su físico les impedía llegar a ser como los demás, sin embargo su fuerza mental y fe en ellos mismos les han hecho capaces de superar cualquier adversidad.

Ellos no son  superatletas, son lo que nos trasmiten: los verdaderos valores olímpicos. Son el punto de referencia para comprender que, por difícil que sea la adversidad podemos superarla. Son el mejor ejemplo de que el éxito no está reservado a unos pocos privilegiados. Ellos nos recuerdan que las personas normales podemos llegar hacer cosas extraordinarias. Paradójicamente, y a pesar de todo esto, son menos mediáticos. Por eso y por el resto de razones, se merecen este artículo.

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Santiago Ferrada es director comercial de la firma Pili Carrera. Compagina su carrera profesional con la realización de retos deportivos. Empezó su etapa como deportista de élite a los 14 años. Hasta los 19 años forma parte del primer equipo entrenado por Paul Willdeboer. Formó parte de la primera generación de triatletas becados para vivir en CAR de Sant Cugat. En 2004 fue el segundo nadador español (el primero fue David Meca) en competir en el campeonato argentino de aguas abiertas. El 15 de agosto pasado afrontó el triatlón más duro del mundo, el de Embrun.

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