Todo preparado, pero ¿para qué?

01/12/2010

M. L.. 1-12-2010

Buenos datos económicos, un respiro en la presión sobre la deuda europea, buenas perspectivas del Libro Beige de la Fed para la economía estadounidense y, para completar el panorama, el rumor de que la Fed está dispuesta a «echar un cable» al sistema financiero para evitar problemas mayores con la deuda europea. Todos los ingredientes preparados para una sesión alcista que no defraudó a nadie y que viene muy bien para quienes aún mantienen el espíritu alcista, pero en realidad las dudas no se han despejado.

Porque, no nos engañemos, una sesión eufórica no es suficiente para despejar ninguna de las dudas de fondo que persisten en el mercado. Todo es sustancialmente igual al día anterior, salvo que se han hecho públicos datos que eran más que previsibles. ¿Es la subida de ayer una señal de que los mercados quieren arrancar de lejos en el tradicional rally de fin de año o es sólo un espejismo? Sólo conoceremos la respuesta dentro de unas pocas semanas, cuando al hacer el balance final del año podamos decir si diciembre fue o no un buen mes. Como siempre, habrá que vivir de sensaciones y especulaciones, porque no hay nada claro.

Una posibilidad es que los mercados confirmen la mejoría en las jornadas que se avecinan y que poco a poco los índices recuperen la zona de máximos por la que transitaron hace no tanto tiempo. Otra posibilidad es que los osos vuelvan a tomar las riendas y obliguen a los toros a esperar mejor ocasión. Y no crean que esto termina aquí, porque también existe la posibilidad de que el mercado se mueva en un lateral eterno que nos conduzca a final de año con las mismas dudas que hoy nos asaltan. Entre los tres escenarios, el que desde luego no prefiero es este último, porque la prolongación de un estado de ánimo dubitativo es lo peor para el mercado.

Ya saben que a mí me gusta especialmente medir el mercado por la relación de valores alcistas y valores bajistas y ayer en Nueva York la proporción era tres al alza por cada uno que bajaba. Es un buen dato, pero queda algo minimizado por el hecho de que el volumen no fue especialmente bueno. Malo tampoco fue, pero la tradición dice que las subidas deben ser confirmadas por el volumen y ayer no llegó a la media en el Dow. Como ven, la duda perpetua. El mercado siempre es así y sólo los valientes sobreviven en él.

A la espera de que alguna nueva señal nos saque de la duda metódica (y resulte ser falsa, que suele ser lo habitual), nos contentaremos con la subida del ayer. Un 2,27% para el Dow, otro 2.05% para el Nasdaq Composite y para el S&P 500 el 2,16%. No está nada mal para ir abriendo boca.

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