El dato no puede ser más oportuno ahora que comienza el curso escolar. Seis de cada 100 estudiantes menores de 16 años sufrieron un accidente en el centro escolar durante el pasado año. Esta cifra es un 6% inferior a la registrada en 2010, según datos que se desprenden de un análisis realizado por Mapfre sobre su propia cartera de clientes, formada por más de 2.700 centros escolares y 454.000 estudiantes.

El 58% de los niños accidentados fueron alumnos de Primaria (con edades comprendidas entre los siete años y los 12). Los mayores de 13 pero menores de 16 años protagonizaron el 20,2% de los accidentes en el centro escolar durante el pasado curso académico. Los de Educación Infantil (edades de entre tres años y seis) sufrieron el 17,4%. Los menores de tres años son los que menos accidentes sufrieron en colegios y guarderías, con un 3,2%.

La mayoría de los accidentes de este tipo son leves y se trata principalmente de lesiones en las piernas (32,1%), en los brazos (28%) o en la cabeza (28%). Sólo el 7,3% de los siniestros con alumnos en los centros educativos durante el curso pasado fueron fracturas.

Póliza con asistencia sanitaria

Para hacer frente a posibles daños derivados de golpes, cortes, quemaduras y caídas, algunos de los riesgos más frecuentes entre los estudiantes, es posible contar con un seguro de Accidentes. Según Mapfre, una póliza de estas características y con esas coberturas costaría al centro educativo unos “11 euros anuales por estudiante”.

La aseguradora, que ocupa la primera posición en el ramo de Accidentes, con una cuota de mercado superior al 9%, recomienda que los centros educativos cuenten con un seguro de estas características que garantice, entre otros aspectos la asistencia sanitaria, la invalidez permanente y el fallecimiento accidental de los alumnos.

Este tipo de seguro también ofrece la posibilidad de incluir otras coberturas, que garanticen la continuidad de los estudios y cubran los gastos escolares en caso de fallecimiento de los padres.