¿Por qué lo llaman “oportunidades de inversión” cuando quieren decir “riesgo temerario”?

11/09/2012

diarioabierto.es.

La marca España sigue haciendo agua en la prensa internacional mientras nuestros políticos continúan inventando eufemismos para calificar la situación de nuestra economía.

Los intereses de la clase política siguen por encima de los intereses de los ciudadanos: no hablar de rescate hasta después de las elecciones gallegas y vascas; adelantar dinero a las autonomías para dilapidar en gasto corriente; aplazar sine die la reforma de la administración central y autonómica; maquillar las cifras de déficit y de deterioro del PIB; ni mencionar la alarmante huída de capitales y la retirada masiva de depósitos…. Además, desde mi punto de vista, con una sensación de “tonto el último” donde el barón autonómico sólo vela por lo suyo, el presidente de la diputación de turno va por su lado y los alcaldes van por otro, sin aparente disciplina de partido. Como en el hundimiento del Titanic, cada cual trata de buscar su bote salvavidas sin importar a quien empuja por la borda. ¿Por qué lo llaman “rescate suave” cuando quieren decir “¡me hundo!”?

La falta de transparencia de la clase política no ayuda a que la cruz negra que el inversor internacional tiene puesta sobre España se levante a medio plazo. Para el inversor internacional existen muchas alternativas con perfiles rentabilidad-riesgo más atractivas y sólo volvería a España a precios de derribo.

Ante esta situación de fin de ciclo el ahorrador no tiene porqué conformarse con la mediocridad del gestor empecinado en mantener -cuando no aumentar- el riesgo-país España. Los argumentos de este tipo de gestor es que en nuestro país “los billetes de 500 euros están tirados por el suelo y no hay más que agacharse a recogerlos”: comprar deuda pública con 400, 500 ó 600 puntos básicos de diferencial es tirar a balón parado (¡y qué decir de la deuda autonómica a 700 u 800!); constituir depósitos al 4% en bancos rescatados es un regalo; comprar acciones de Telefónica a estos precios es un chollo (incluso aunque ya no pague dividendo); comprar el IBEX a los niveles actuales es una ganga… Quizá nos sirva de algo pensar que el resto de los gestores de patrimonio del mundo piensan justo lo contrario respecto a España: ¿estarán todos confundidos o será mi gestor-español quien conduce en sentido contrario?

Para el inversor cuyo objetivo es proteger su ahorro y verlo crecer de forma ordenada en el tiempo, la diversificación del riesgo-país es una premisa básica. Ya no es obligatorio generar nuestro ahorro en el lugar donde se genera nuestra renta. Probablemente cuanto más descorrelacionadas están ambas ubicaciones, mejor. No hace falta tener una cuenta en Suiza para sacar dinero de España. Si compramos cualquier fondo de inversión en acciones americanas, en bonos corporativos europeos o en índices bursátiles de países emergentes estamos financiando a extranjeros y corremos el riesgo de que nos califiquen como desertores del españolismo. Pues bueno, ¡que lo hagan!: prefiero que me llamen “antipatriota financiero” a que me llamen “tonto y temerario”. Como he dicho antes la diversificación del riesgo-país está escrita en letras de oro en el primer capítulo del manual del ahorrador. Y en ese mismo manual nunca he leído nada sobre las bondades de la españolización de la cartera como estrategia de gestión.

Huyamos de la mediocridad. Exijamos a nuestro gestor diversificación internacional, si no lo hemos hecho aún. Y si no sabe, no puede o no quiere, cambiemos de gestor.

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