Después que el Gobierno aprobase el pasado viernes un aumento de las tasas a la generación de electricidad, el céntimo verde para el gas y otros gravámenes, se abre una etapa igual de importante para el consumidor. La aplicación de este conjunto de medidas fiscales supondría a las compañías integradas (Endesa, Iberdrola, Gas. Natural-Fenosa, Cantábrico y Eon) una sustantiva reducción de  ingresos, unos 1.000 millones de euros, que se traduciría en un recorte de las inversiones en España e incluso de los dividendos. Por ello, el periodo que ahora se inicia va a servir para que las eléctricas negocien con el ministerio, así como con los diversos grupos parlamentarios, que el texto definitivo de la norma recoja una política tarifaria que compense los nuevos gravámenes.

No se trata ya de una traslación casi directa de los impuestos a la electricidad a los consumidores, pero sí repercutirá con subidas que, aunque pueden ser distribuidas en varias etapas, serían significativas en los dos próximos años. Porque, según fuentes empresariales, el sistema de fijación tarifario puede experimentar un cambio importante, entre los que estaría además la reducción de los consumidores con acceso a la tarifa de último recurso (TUR). Si el umbral del consumo c0n derecho a la citada tarifa se queda en tres kilovatios, esto supondrá que serán varios millones los clientes domésticos y pequeñas y medianas empresas los que tendrán que negociar los precios de suministro eléctrico en el mercado con las comercializadoras.

Y según un informe de Santander, la subida de la electricidad quedaría entre un 6,4% y un 16,5%. Por su parte, la asociación de empresas gasistas Sedigás estima que la medidas aprobadas incrementarán la factura del gas en un 7% para el consumidor.

De momento, una parte de las tasas que se recaudarán irán a evitar que crezca el déficit tarifario que suma 24.000 millones de euros, en parte debido a los 7.000 millones de euros que ahora suponen las primas a las renovables. Otras decisiones en esta línea para llevar a cabo la reforma del sector se aprobarán en las próximas semanas, aunque en medios consultados se señala que la ley podría no haber dado todos los pasos requeridos el 1 de enero de 2013, por lo que entraría en vigor con efecto retroactivo. Para el sector eléctrico, según señala la patronal Unesa, el anteproyecto de ley de reformas fiscales no reduce los costes regulados por lo que no es una solución «al problema del déficit de tarifa».

Por su parte, el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, ha abogado hoy martes en Londres por la creación de un regulador único en la Unión Europea que impulse una política energética común y propicie la creación, cuanto antes, de un mercado de la energía europeo. Durante su participación en la FT Global Energy Leader Summit 2012, que se celebra el martes y el miércoles con el lema ¿Ruina o auge? La seguridad del suministro energético en tiempos inciertos, Galán ha defendido que, para lograr dicho mercado común, sería necesario tanto potenciar las interconexiones como armonizar la fiscalidad, eliminar los subsidios y suprimir las tarifas oficiales.

Para los analistas, nacionales e internacionales, el plan del Ejecutivo tiene una virtud: elimina parte de las incertidumbres que pesan sobre el sector desde hace meses. También una opinión casi unánime apunta a que el anteproyecto aprobado no es el peor de los escenarios posibles, como sí lo era el borrador conocido en julio. No obstante, no se coincide en qué empresas podrían ser calificadas de «ganadoras» y de «perdedoras». Para Nomura, las más afectadas negativamente por las tasas a las instalaciones nucleares e hidroeléctricas serán Iberdrola y Endesa, mientras que indican que las renovables salen mejor de lo esperado. También Endesa se vería implicada por la aplicación del céntimo verde a la generación por carbón y fuel. «Gas Natural  es el relativo ganador de  la refroma», añade.

Barclays destaca el impacto por las tasas que podría ser 420 millones de euros para Endesa, de 485 millones para Iberdrola y de 188 millones para Gas Natural, aunque el aspecto relevante será su posible repercusión en las tarifas.

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