Según los datos que acaba de publicar el Foro Mundial de Davos y difundidos por el Instituto de Estudios Económicos, España ha entrado a formar parte este año de los diez países del mundo con mejor calidad de sus infraestructuras, al pasar del puesto 12 al número diez en una clasificación que incluye a 144 países.

Por lo menos deben ser los beneficios del gasto público de los últimos años aunque ahora se haya transformado en una deuda y déficit asfixiantes. Y es que aunque no haya dinero, lo cierto es que tenemos muy buenas autopistas, aunque pocos circulen por ellas, aeropuertos (aunque no tengan  aviones) trenes de alta velocidad (aunque le falten pasajeros) o estupendas estaciones de ferrocarril aunque también estén vacías.

Según esos datos que acaba de publicar el Foro Económico Mundial de Davos, España al entrar en el grupo de los diez países del mundo se sitúa por delante de naciones como Japón y los Estados Unidos.

Los dos primeros lugares en el ranking de 144 países corresponden a Hong Kong y Singapur. A continuación figuran Alemania (3), Francia (4), Suiza (5), Reino Unido (6) y Países Bajos (7). Los Emiratos Árabes ocupan el octavo puesto y Corea el noveno.

El Instituto de Estudios Económicos destaca que las infraestructuras son un factor de competitividad importante y la eficiencia y el desarrollo de las infraestructuras son factores esenciales para el buen funcionamiento de una economía.

«Una buena infraestructura de transporte integra el mercado nacional -dice el IEE- a la vez que facilita la conexión con otros mercados. La calidad de las infraestructuras de suministro eléctrico y de telecomunicaciones son, asimismo, imprescindibles para garantizar la actividad económica y facilitar el crecimiento».

Sin embargo, algo debe fallar en toda la teoría porque a pesar de estas infraestructuras la economía española se encuentra en una profunda crisis económica, con casi seis millones de parados y a punto de ser rescatado.