Decían que no. Que España estaba realizando las reformas de una manera precisa, y nos alentaba a que esperáramos porque más pronto que tarde iban a tener sus efectos. El FMI, Bruselas, los principales estadistas europeos, con Angela Merkel a la cabeza así lo aseguraban, al tiempo que desde el Gobierno decían que de pedir el rescate, no habría muchas exigencias y las que hubiera no serían tan duras como las que ya se han aplicado. Pero este martes, Jean-Claude Juncker ha echado el jarro de agua fría, y con la misma radicalidad empleada con Grecia, el presidente del Eurogrupo ha confirmado que se impondrán exigencias «muy duras» a España en materia de ajustes presupuestarios y reformas.

El objetivo de estas exigencias es que España acabe de una vez por todas con los desequilibrios económicos que tiene el país. Tal vez porque sus declaraciones fueron en la televisión de Baviera (Alemania), Juncker utilizó el tono frío y contundente para marcar el territorio. Ya el pasado viernes, el presidente del Eurogrupo afirmaba tras la reunión informal celebrada en Chipre que España se había comprometido a adoptar nuevas medidas de ajuste presupuestario para 2012 si era necesario para alcanzar el objetivo de reducir el déficit público al 6,3%. Cabe recordar que en el primer semestre ya se encontraba en el 4,6%.

El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, confirmó ese compromiso, asegurando que en el último Consejo de Ministros de septiembre –coincidiendo con la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado de 2013– se conocerían las nuevas medidas, aunque con el tiempo se ha ido diluyendo la gravedad de su contenido, llegando a la conclusión que desde el Gobierno lo que se quiere aprobar es un conjunto de reformas contenidas en su plan. Es decir, lejos de recortes y más empeñado en recuperar parte de su compromiso electoral.

Siguiendo este mismo plan de reformas estructurales, Juncker aseguraba este martes que, efectivamente, ese paquete de medidas se centraría en un plan nacional de reformas estructurales, pero añadía una precisión «siguiendo las recomendaciones de la UE», a lo que agregaba un calendario preciso de aplicación de las medidas. Luego ya no son las reformas de las que hablaba el PP en su programa electoral.

Habrá que esperar, por tanto, a conocer las decisiones del Consejo de Ministros del próximo 27 de septiembre. De Guindos manifestaba tan sólo hace cinco días que no habría más recortes, sino medidas para «impulsar el crecimiento», mientras argumentaba que con las medidas y ajustes realizados hasta ahora -el último, la subida del IVA- serían suficientes. A ello agregaba que las reformas que tiene previsto realizar el Gobiern en nada vienen condicionadas por la posible petición de rescate.

Juncker este martes defendía los recortes y ajustes exigidos a Grecia y al resto de los países rescatados, por extensión. En su opinión los programas de rescate han mejorado la competitividad de países como Grecia, mientras los costes laborales se han reducido «significativamente. Por tanto, concluía el presidente del Eurogrupo, «no son ineficaces».

En cuanto a los próximos pasos del Eurogrupo, tras precisar que una salida de Grecia del euro sería «desastrosa» para los griegos y debilitaría a Europa, la futura creación de la unión bancaria deberá prepararse «cuidadosamente», dando de esta forma Juncker la razón a Angela Merkel, quien recientemente había afirmado que dicha unión tendrá lugar como muy pronto en 2013. Y todo, porque el Banco Central Europeo, tendría muy difícil controlar desde el principio los 6.000 bancos de la eurozona, como defiende la Comisión Europea.