Cultura, ese lujo innecesario

19/09/2012

diarioabierto.es.

Muy consciente de mis limitaciones para ni siquiera hacer sombra a esas hagiografías de los esperanzólogos que ni olieron su dimisión pero, una vez la desveló, ya lo habían barruntado cuando ni siquiera ella lo imaginaba no hay mejor refugio que volver a los eventos consuetudinarios que acontecen en la rúa. A eso que, en lenguaje poético, el maestro Mairena llamaba ‘lo que pasa en la calle’ y que no necesariamente, ni mucho menos, prima en las hemerotecas. Y pasa que al calor de la crisis eso de la cultura se ha puesto a precio de bolso de Loewe. Y pasa no tanto porque no haya dinero para ello sino porque no hay voluntad de entender que, desde los poderes públicos, antes que espectáculo, es decir, ocasión para estrenar terno de marca o vestido de lentejuelas en los estrenos y salir en la foto de los periódicos, debería ser considerada prioridad absoluta. Siempre y cuando se asuma que sobre sus cimientos se construye uno de los pilares básicos de la libertad del ser humano: saber más para poder elegir mejor.

Como no es el caso (no vaya a ser que con ciudadanos más informados no alcance con ir a dar besos a los mercados para salir presidenta), al atentado tributario que ha supuesto la subida del IVA se suman otras tropelías que resultan indignas cuando se llevan a cabo y aún más indigestas cuando se tratan de explicar. En Madrid si un chaval quiere aprender música en una escuela municipal sus padres tendrán que pagar el triple de lo que costaba. No hablamos de minucias. De 50 a más de 140 euros mensuales. Es decir, una barbaridad que, de facto, cierra las puertas a la inmensa mayoría de alumnos. No se trata, señora alcaldesa, de escuchar con deleite al piano a la nena de una familia bien mientras se toman unos cafetitos con pastas.

Se trata de que quien tenga vocación, aptitud y hasta talento puedo desarrollarlo con independencia de que viva en El Viso o en Villaverde Bajo. Ya sé que su explicación para que esto no sea así es muy convincente. Quiero decir que convence totalmente de que para usted destinar dinero para la cultura es un despilfarro más aún cuando hay que pagar religiosamente la deuda a los bancos que son los que de verdad tocan un instrumento que no especificaré por no resultar ordinario. Porque si no hay dinero para cultura, se recorta brutalmente la ayuda a domicilio, los salarios y las pagas de los trabajadores, las ayudas a inmigrantes, co-copagamos la sanidad y todo ello al tiempo que nos suben los impuestos….  ¿nos quieren decir a qué lugar ignoto va nuestro dinero? Pues eso. Que de ignoto nada.

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