Los «anti-Nobel» 2012 premian la ciencia más insólita

26/09/2012

Irene Fernández-Ruiz. Doctora en Biología Molecular. Por qué inclinarse hacia la izquierda hace que la torre Eiffel parezca más pequeña o un silenciador para pesados son algunos de los premiados.

Desde consejos para médicos que realicen colonoscopias para que minimicen el riesgo de que sus pacientes exploten, hasta el estudio de por qué en un pueblo de Suecia a determinadas personas se les pone el pelo verde. Seguro que pensabais que nadie en el mundo se dedicaba a estudiar estas cosas. Este tipo de investigaciones “improbables” es lo que premian desde hace años los premios Ig Nobel, entregados por la revista científica y humorística estadounidense Annals of Improbable Research (Anales de Investigación Improbable).

Los anti nobel (Ig Nobel) serían lo que podemos denominar  los premios Nobel alternativos. Y son, de hecho, otorgados por auténticos premios Nobel. Son unos galardones que premian las investigaciones que “primero hacen reír a la gente y luego la hacen pensar«.

Este pasado jueves fue la 22ª entrega de estos premios en una ceremonia celebrada en la Universidad de Harvard, Estados Unidos. Entre otras curiosidades, durante la ceremonia los ganadores tienen solo un minuto para dar su discurso. Si se pasan del tiempo una niña grita «Estoy aburrida» y le lanzan aviones de papel. Sí, incluso premios Nobel como Dudley Herschbach (Premio Nobel de Química en 1986) y Richard Roberts (Premio Nobel de Medicina en 1993) se dedicaron a lanzar aviones de papel a los que se pasaron de su tiempo.

Entre los ganadores de esta edición encontramos a los psicólogos que descubrieron que inclinarse hacia la izquierda hace que la torre Eiffel de París parezca más pequeña, los neurocientíficos que hallaron actividad cerebral en un salmón muerto y los diseñadores de un dispositivo que puede silenciar a los pesados.

Este último fue premiado en la categoría de Acústica. Los investigadores japoneses Kazutaka Kurihara y Koji Tsukada crearon el ‘inhibidor de discursos’, una máquina que interrumpe el discurso de una persona reproduciéndolo con un ligero retraso. Podría ser un aparato que usas para esas personas que hablan y hablan sin parar a ni para respirar. El eco que produce el aparato es lo suficientemente molesto como para que la persona se acabe callando. Pero no, estos investigadores japoneses no estaban pensando en su vecina del quinto cuando decidieron inventar este aparato. En realidad, se creó pensando en las personas que tienen que dar discursos en público, para alertarles de si están hablando demasiado rápido o se han pasado del tiempo permitido, o bien para asegurarse de que en una reunión todo el mundo tiene la oportunidad de intervenir.

Sin duda uno de los estudios más célebres y que más mereció  ganar este premio en esta edición fue la investigación que detectaba actividad cerebral significativa en un salmón muerto. Este estudio, que comenzó como una broma, pronto dio sus frutos. En neurociencian, para estudiar el desarrollo cerebral de los adolescentes se usan imágenes por resonancia magnética funcional (IRM), una técnica para medir la actividad cerebral. Normalmente, antes de empezar las pruebas con las personas los científicos revisan sus equipos usando un objeto fantasma, como una esfera llena de aceite mineral. Pero en esta ocasión, el científico Craig Bennett de la Universidad de California y sus colegas decidieron probar con un salmón muerto al que enseñaron fotografías para determinar qué emoción estaba sintiendo. «Mediante opciones al azar y por un simple ruido, vimos pequeños puntos de datos en el cerebro del pez que se consideraron como activos. Fue un falso positivo», dijo Bennett.

Aunque algunas de estas investigaciones nos pueden sonar tontas o sin sentido, están destinadas a hacer frente a problemas del mundo real y se publican en revistas académicas. Este estudio, por ejemplo, demuestra que el uso de instrumentos complejos combinado con estadística simple puede detectar actividad cerebral significativa en cualquier lugar, incluso en un salmón muerto.

Otro de los ganadores fue un grupo estadounidense que descubrió que los chimpancés pueden reconocer a otros chimpancés mirando fotos de sus traseros. Sorprendente también fue el Ig Nobel de Química, que premió a un investigador sueco por resolver el misterio de por qué el pelo de la gente se volvía verde al vivir en ciertas casas de la localidad de Anderslöv, en Suecia. Una combinación de tuberías de plomo y duchas calientes era la culpable.

El premio Ig Nobel de física fue para el equipo del Dr.Warren por su «Ecuación de la forma del pelo humano recogido en cola de caballo«. Esta ecuación toma en consideración la rigidez de las fibras de cabello, los efectos de la gravedad y la presencia del rizado o de la ondulación, para modelar el comportamiento probable de una coleta. Y aunque así, a simple vista, nos parezca algo poco útil, la ecuación, junto con una nueva propiedad que el equipo llamó «número Rapunzel», se puede usar para predecir la forma del pelo cuando se ata detrás de la cabeza. Incluso Disney podría beneficiarse de este estudio, ya que como afirma el propio Warren con su trabajo «pueden aportar algo al ámbito de la animación digital. El pelo, por ejemplo, es algo muy difícil de hacer que parezca natural en las películas animadas».

Y algunos de los premios de ediciones anteriores que resultan más curiosos son los que premiaron un estudio que concluye que las pulgas de perro saltan más alto que las pulgas de gato (Ig Nobel de Biología, 2008), o por qué los pájaros carpinteros no sufren dolores de cabeza? (Ig Nobel de Ornitología, 2006). Por si tenéis curiosidad, la respuesta es que el cerebro del pájaro carpintero está más apretado dentro del cráneo para maximizar la superficie de impacto y reducir el movimiento hacia los lados. Es interesante también la “alarma de wasabi”, premio de química de 2011, sobre la densidad ideal que debería tener el wasabi en el aire para que despierte a una persona en caso de fuego.

Hay que decir que también hay premio para un estudio con participación española. Tres investigadores de la Universidad de Barcelona que participaron en el estudio que afirmó que las ratas no siempre distinguen el japonés hablado al revés del holandés hablado al revés (Ig Nobel de Lingüística, 2007). Por lo visto, los científicos trataban de encontrar similitudes entre los bebés humanos y los cachorros de otros mamíferos, con el fin de determinar mejor los orígenes evolutivos de la palabra.

Más famoso es el estudio premiado con el Ig Nobel de la Paz en  2007, conocido como la “bomba gay”. El Laboratorio de la Fuerza Aérea de Wright Patterson, en Ohio, propuso fabricar una bomba que provocara la homosexualidad en el enemigo y con ello minar la moral y la disciplina de las tropas.

Si os habéis quedado con ganas de conocer más, en la página de los premios Ig Nobel podeis encontrar los ganadores de todas las ediciones.

Esta es la lista completa de ganadores del año 2012:

Ig Nobel de Psicología: Anita Eerland y Rolf Zwaan (Holanda) y Tulio Guadalupe (Perú/Rusia/Holanda), por su estudio «Inclinarse hacia la izquierda hace que la Torre Eiffel parezca más pequeña».

Ig Nobel de Paz: La Compañía SKN (Rusia), por convertir antiguas municiones rusas en diamantes.

Ig Nobel de Acústica: Kazutaka Kurihara y Tsukada Koji (Japón), por el «SpeechJammer», una máquina que interrumpe el discurso de una persona al hacer oír sus propias palabras con un ligero retraso.

Ig Nobel de Neurociencia: Craig Bennett, Abigail Baird, Michael Miller y George Wolford (EE.UU.), por demostrar que los investigadores del cerebro, mediante el uso de instrumentos complicados y estadísticas simples, pueden ver actividad cerebral significativa en cualquier lugar, incluso en un salmón muerto.

Ig Nobel de Química: Johan Pettersson (Suecia/Ruanda), por resolver el enigma de por qué, en ciertas casas en la ciudad de Anderslöv, Suecia, el pelo de la gente se puso verde.

Ig Nobel de Literatura: La Oficina General de Rendición de Cuentas del gobierno de Estados Unidos, por un informe acerca de los informes sobre los informes que recomienda la preparación de un informe sobre el informe acerca de los informes sobre los informes.

Ig Nobel de Física: Joseph Keller (EE.UU.), Raymond Goldstein (EE.UU./Reino Unido), Warren Patrick y Robin Ball (Reino Unido), por el cálculo de la correlación de fuerzas que dan forma y mueven el pelo recogido en una cola de caballo humano.

Ig Nobel de Dinámica de fluidos: Rouslan Krechetnikov (EE.UU., Rusia y Canadá) y Hans Mayer (EE.UU.), por estudiar la dinámica de los líquidos para comprender qué sucede cuando una persona camina con una taza de café en la mano.

Ig Nobel de Anatomía: Frans de Waal (Holanda y EE.UU.) y Jennifer Pokorny (EE.UU.), por descubrir que los chimpancés pueden identificar a otros chimpancés de forma individual mediante fotografías de sus traseros.

Ig Nobel de Medicina: Emmanuel Ben Soussan y Antonietti Michel (Francia), por asesorar a los médicos que realizan colonoscopias sobre cómo minimizar la posibilidad de que sus pacientes exploten.

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