Banco Caixa Geral, filial española del mayor grupo bancario portugués (en manos del Estado), tiene muy avanzado el cierre de 36 sucursales, lo que supone un ajuste de la séptima parte de toda su red, formada por 210 oficinas en el momento de plantearse su venta a Liberbank (CajAstur, Caja Extremadura y Caja Cantabria) en febrero. Algunas de estas sucursales ya están cerradas desde finales de septiembre, y el resto lo hará a lo largo de este mes.
El cierre de oficinas puede desembocar a medio plazo en el abandono definitivo del mercado español por parte de Caixa Geral, lo que es rechazado por el grupo portugués, que oficialmente calificaba a esta filial como “la joya de la corona”.
En cualquier caso, el cierre de sucursales es el argumento del expediente de regulación de empleo (ERE) presentado por Banco Caixa Geral y que afectará a 135 empleados. El ajuste de plantilla se realizará, fundamentalmente, mediante prejubilaciones, con algunas bajas incentivadas aún no cuantificadas.
Los sindicatos admiten que el ajuste busca la viabilidad de la filial de Caixa Geral, y destacan que el grupo portugués no había reducido su red de sucursales desde el inicio la crisis financiera internacional en el verano de 2007. Tampoco ponen pegas al ERE, ya que las condiciones pactadas se consideran buenas. El acuerdo suscrito en julio contempla el 80% del sueldo bruto o el 85 % del salario de convenio para los prejubilados, fijándose la edad de prejubilación en los 59 años, siempre que haya una antigüedad de cinco años en la entidad y tengan acreditados 33 años de cotización.
Las bajas incentivadas se compensarán con 45 días por año trabajado y un máximo de 42 mensualidades más una cantidad adicional de 10.000 euros brutos en concepto de prima de acogimiento. Hay también compensaciones económicas por movilidad geográfica para los trabajadores que se vean obligados a trabajar más de 25 kilómetros de su actual puesto.
Intento de venta
Liberbank hizo en febrero una oferta a la Caixa Geral de Depósitos para adquirirle por 150 millones de euros su filial española, con 210 oficinas en 33 provincias (con presencia destacada en Extremadura y Galicia) y delegaciones en México, Venezuela y Suiza, y un volumen de activos de 8.000 millones de euros. Banco Caixa Geral es el resultado de la fusión de tres entidades españolas adquiridas por el grupo portugués: Banco Luso Español (antiguo Chase España), Banco Simeón (que pertenecía a Argentaria) y Banco de Extremadura (del BBV).
La operación, que apenas incrementaba el 16% el tamaño de Liberbank (Banco Caixa Geral es más pequeña que la menor de las cajas implicadas en la fusión, la de Cantabria), fue interpretada como un intento del grupo español para ganar tiempo de cara al cumplimiento de las nuevas provisiones para los activos inmobiliarios fijadas en la primera reforma financiera puesta en marcha por el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos.
En lo que ahora se conoce como Guindos I (ya que luego ha habido dos reformas financieras más), una fusión o una adquisición que suponga un aumento del balance del 20% (Economía tenía cierta discrecionalidad para, excepcionalmente, autorizar operaciones que supongan menos de ese porcentaje) permitía contar con dos años, y no hasta el 31 de diciembre de 2011 (es decir, apenas nueve meses), para afrontar las provisiones adicionales derivadas del deterioro de los activos inmobiliarios.
Liberbank, para tratar de adelantarse a los requerimientos del Guindos III, se embarcó, tras negociar infructuosamente con BMN y con Unicaja, en una fusión con Ibercaja, que había llegado a un acuerdo con Caja 3. El nacimiento de Libercaja ha sido puesto en cuestión tras los resultados del examen de Oliver Wyman, ya que en el escenario base tiene un superávit de capital de 492 millones de euros, pero en el adverso requiere 2.108 millones. Si no se hace la fusión, Ibercaja necesita 226 millones en el escenario adverso (superávit de 389 millones en el base), Liberbank, 1,198 millones (exceso de 103 millones en el base), y Caja 3 requiere 188 millones en el base y 779 millones en el adverso.
A Caixa Geral le interesaba vender, porque su filial en España requiere frecuentes inyecciones de fondos desde la casa matriz, y ésta no nada precisamente en la abundancia tras el duro programa de ajuste del Gobierno portugués para cumplir con los objetivos de reducción del déficit público. Pero ahora no es el mejor momento para encontrar comprador, y ha optado por el ajuste de red y de plantilla.
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