¿En qué podemos creer?

07/10/2012

diarioabierto.es.

Queridos nietos,

Cuando leáis esta misiva ya no estaré entre vosotros, pero he dejado escritas unas breves letras que espero os resulten de utilidad en momentos de dudas existenciales, que los tendréis. Para otro tipo de titubeos, seguro que encontraréis voluntarios dispuestos a colaborar con criterios dispares, acertados o no.

Con la experiencia que proporciona una trayectoria vital intensa y la sabiduría propia de la vejez, intentaré resolver un eterno dilema que os asaltará en horas difíciles, las marcadas por la indecisión: ¿en qué podemos creer? Si os llegáis a plantear esta pregunta es porque carecéis de la respuesta. No hay que buscar en religiones ancestrales, ni en filosofías candentes, ni en gurús mediáticos, ni en corrientes ideológicas actuales… Ni siquiera enfrentar el binomio razón versus emociones que alcanzará el equilibrio y fluirá con naturalidad tan sólo adentrándose en uno mismo con el único requisito de la sinceridad.  Pero antes de alcanzar la clave, de ahondar en el fondo de la cuestión y de pelear con la voz de la conciencia,  paraos a reflexionar sobre si lo que pensáis es lo que creéis, si lo que queréis creer no es lo que sentís sino lo que os conviene, o si lo que acabáis creyendo es lo que los demás esperan que creáis y penséis.

Solamente cuando cada cual es capaz de despojarse de lo superfluo, del entorno, de los dimes y diretes, avanzará en la búsqueda de sus credos que posiblemente difieran de los dogmas ajenos, e incluso, de las convicciones mayoritarias: la libertad del individuo es sagrada, al igual que lo es el respeto eterno hacia las creencias que no convergen con las tuyas porque la necesidad de creer se equipara a la libertad para creer. Y debéis adoptar una certeza capital: hay que creer en uno mismo. Seréis aquello en lo que creáis.

Cuando el tiempo se agota y cada segundo cuenta, cuando una prórroga es utópica aún suplicando por ella, por primera vez, mi doctrina vital se torna cristalina: creo en los momentos, creo en la vida. El verdadero triunfo no es el social, el laboral, el mediático, sino el éxito personal. La confianza es la llave para la conquista del futuro: el éxito está vinculado al compromiso de superación, a la fidelidad personal.

Hebbel sostenía que creer posible algo es hacerlo cierto. Por desgracia no es tan sencillo: para hacer realidad los sueños hay que perseverar, levantarse fortalecido -no importan las veces después de otras tantas caídas-, mantener una lealtad inquebrantable a las convicciones propias y conservar la rebeldía de querer cambiar las cosas. Jamás renunciéis. Y es que “algunos abandonan con un suspiro de resignación. Otros luchan un poco y luego pierden las esperanzas. Otros nunca se rinden. No se trata de coraje. Tal vez se deba a la sandez de ansiar la vida.” Palabras de Yan Martel que podrían haber sido mías, porque tan rotunda afirmación –la sandez de ansiar la vida- acaparó la filosofía de mi madurez, la teoría demostrada que pretendo transmitir para facilitaros un salvoconducto rápido hacia la felicidad, o al menos, hacia una existencia plácida; puede que parezca presuntuoso por mi parte, pero me guío por el corazón. Algunos me reprocharán que el anteponerse uno mismo por encima de todo es un comportamiento egoísta. Confiad si os aseguro que sobre el individualismo contemporáneo priman la hipocresía y la doble moral.  En el tiempo de descuento de una vida que se apaga, cuando lo que provoca es empaparte de una franqueza pura, daría lo imposible por haber actuado a lo largo de los años superponiendo mis valores, mi modo de vida, a lo que la mayoría aceptaba como válido por comodidad, por complacencia, por rutina, por conformismo: luchad por alcanzar la felicidad tal y como la concebís. Además, ¿cómo hacer dichosas a las personas que queremos sin poseer plenitud personal?

Creo en el presente, en lo que está por venir, en el pensamiento osado, en la amplitud de miras, en la infinita capacidad del ser humano y reivindico como prioritario el mayor de los tesoros: la libertad.

Hasta siempre.

Vuestro abuelo.

Twitter: @CarmelaDf

¿Te ha parecido interesante?

(+39 puntos, 39 votos)

Cargando...

8 pensamientos en “¿En qué podemos creer?

  1. solo desde la serenidad y el dominio del interior se puede conquistar el mundo. El problema es que andamos metidos en una sociedad frivola y banal y la gente esta mas preocupada de aparentar de cara a la galeria que de lo que es importante. Craso error

  2. Reflexiones interesantes Carmela. También aplicables a los sucesos que vivimos. ¿Creeemos lo que creemos o lo que los demás esperan que creamos?

  3. Cuantas verdades y de las que hay recordar para el futuro de nuestras vidas. Me quedo con que “El verdadero triunfo no es el social, el laboral, el mediático, sino el éxito personal. La confianza es la llave para la conquista del futuro: el éxito está vinculado al compromiso de superación, a la fidelidad personal”. Ojalá en una sociedad abducida por lo inmediato todos nos aplicáramos esto, seríamos más auténticos.

  4. Excelentes reflexiones filosóficas.Solo añado a «su ansiar la vida» y a su «prioritario mayor de los deseos» esta afirmación sacada de la lectura de su artículo: «Mi vida es una historia irrepetible en libertad».

  5. Carmela de vez en cuando te nos descuelgas con unos escritos filosoficos, literarios y creo recordar que alguno hasta poético con mucha miga, pero mucha. Hazlo más a menudo! Pero eres joven, de donde la inspiración? cuantas vidas has vivido??

Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.