EADS y BAE Systems rompen las negociaciones para su fusión

10/10/2012

T. Juanes. Las disputas políticas por el control de lo que iba a ser el nuevo grupo han impedido su nacimiento. España se queda como estaba

Varios factores se han unido para que las negociaciones para la fusión de EADS y BAE Systems, que iba crear el primer grupo mundial de la aeronáutica y la defensa, hayan acabado en ruptura. Por un lado, el organismo que regula el mercado bursátil británico no ha concedido más tiempo a los directivos de los grupos, mientras que, por otro lado, las diferencias entre los países protagonistas de la operación: Francia, Alemania y Gran Bretaña, seguían siendo demasiado relevantes para que el acuerdo pudiese percibirse a corto plazo.

Las reticencias sobre la participación de los Estados implicados en el grupo resultante -nadie admitía que la presencia de los otros países fuera superior- y la pelea por la sede más importante han impedido, aunque sea en estos momentos, la aglutinación del sector de defensa y de la aeronáutica europea en un sólo grupo. Una vieja aspiración de parte de la industria que ha chocado con intereses políticos.

¿Hay ganadores con el fracaso de este proceso? Sin duda la industria norteamericana que veía con recelo una fusión que la quitaba liderazgo, aunque se disponía a pelear para que el Pentágono, entre otros clientes, fuera más estricto para conceder contratos a EADS-BAE. España, por su parte, se queda como estaba, con un 5% de la matriz del Airbus y con un escaso peso en las decisiones más transcendentales.

El bloqueo de Alemania ha dado al traste con la fusión entre el conglomerado europeo EADS y la británica BAE Systems, una operación que de haber llegado a buen puerto habría creado un gigante del sector a nivel mundial. Hasta ayer, las partes se mostraban optimistas y confiaban en llegar a un acuerdo para superar las reticencias del Gobierno de Angela Merkel a la integración, ya que Berlín exigía que la compañía resultante tuviese mayor presencia en su país. No obstante y ante la conclusión del plazo dado por las autoridades bursátiles de Reino Unido, ha sido imposible hacer ceder a Merkel.

La ruptura ha sido bien recibida por los inversores en el caso de EADS, ya que las acciones de la empresa europea han subido este miércoles en la Bolsa de París hasta un 3%. La respuesta para BAE Systems ha sido más negativa. Sus títulos se han dejado un 1,60% en Londres.

«A pesar de un gran acuerdo de compromiso profesional y constructivo con los respectivos Gobiernos en las últimas semanas, ha quedado claro que los intereses de los accionistas gubernamentales no pueden conciliarse adecuadamente con los de otros o con los establecidos por BAE Systems y EADS para la fusión», afirman las dos compañías en un comunicado conjunto.

El texto también recuerda que la operación tenía fundamentos de «lógica industrial y representaba una oportunidad para poner en marcha una combinación de dos grandes y exitosas compañías más grande que la suma de las partes». La fusión, además, habría permitido competir en mejores condiciones y crecer más deprisa tanto en el área de la aviación comercial como en el sector de defensa.

más información

Aunque el factor político ha sido el determinante a la hora de hacer fracasar las negociaciones, el principio de acuerdo de la fusión nunca fue del todo sólido dado lo complicado de aunar los intereses de los accionistas privados y de los de los Gobiernos implicados, París, Berlín y Londres. También, por no suscitar el rechazo de la influyente industria rival en EE UU, donde BAE Systems es un importante contratista del departamento de Defensa.

La fusión se planteaba a partir de un reparto de pesos del 60% del capital para EADS y del 40% restante para BAE Systems. Hasta aquí, todo bien. El problema ha llegado a la hora de contentar a los Gobiernos de los países que se sientan en los consejos de administración de ambas empresas.

Así, si la sede central de la unidad militar se iba a ir a Londres, la de la división civil se quedaría en Francia, donde actualmente ya está la unidad central de Airbus, el fabricante de aviones propiedad de EADS. No obstante, este reparto dejaba al margen a Alemania, cuyo Gobierno temía perder peso en la dirección del congolmerado y, por este motivo, menos capacidad de influencia para evitar deslocalizaciones de las fábricas de su país.

En este punto, aunque el actual presidente de EADS, Tom Enders, es alemán e iba a ser el máximo responsable de la empresa resultante de la fusión, su relación con el Ejecutivo de Merkel no es buena. La operación estaba valorada en 42.000 millones de dólares (unos 32.560 millones de euros).

«Obviamente, estamos decepcionados por no haber podido llegar a un acuerdo con los Gobiernos accionistas ya que pensamos que la operación era una oportunidad única para crear un líder mundial», ha afirmado Ian King, consejero delegado de BAE Systems. Enders, por su parte, se ha mostrado confiado en que «habrá otros retos en el futuro» que podrán abordar conjuntamente.

¿Te ha parecido interesante?

(Sin votos)

Cargando...

Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.