La Cumbre Social sufrió hoy un importante golpe. Los funcionarios agrupados en CSI-F rechazaron la petición de un referédum, tal y como exige la suma de organizaciones lideradas por CCOO y UGT. La deserción de los empleados públicos supone un importante golpe que se produce justo un día después de la presentación en sociedad de esta alianza contra los recortes de Rajoy.

Los funcionarios de CSI-F renegaron de la petición de un referúndum por considerar que esa idea se adentra en un territorio de carácter político. En su lugar, su líder, Miguel Iborra, abogó por tomar medidas más contundentes contras las políticas del Gobierno, que se ceban en los servicios públicos y en las retribuciones de sus empleados.

Tal vez en respuesta a su petición, el líder de UGT, Cándido Méndez, anunció hoy que los sindicatos “probablemente” convocarán una huelga general en unas pocas semanas. La advertencia del líder sindicalista trata así de movilizar a sus bases tras conocer la deserción del sindicato de funcionarios. Una deserción que no sorprendió a los miembros de las cúpulas sindicales pero que puede dar alas al Gobierno y los empresarios, cuyas críticas a UGT y CCOO suelen incidir en el carácter político de algunas de sus acciones de protesta.

Báñez se reúne con los empresarios

Este miércoles, la ministra de Empleo, Fátima Báñez, tendrá ocasión de tomar el pulso a la opinión de los empresarios. La titular de Empleo asistirá a la junta directiva que la confederación empresarial CEOE celebra en su sede madrileña.

La reunión tiene un carácter protocolario y aunque no se prevé ni un breve encuentro entre Báñez y el presidente de la empresarial, Juan Rosell, fuentes de la patronal confían en poder mantener con la ministra un coloquio sobre la crítica situación que atraviesa la economía española.

Entre las reivindicaciones empresariales figuran algunas promesas incumplidas del PP. Así, Báñez tendrá que escuchar los reproches que algunas patronales han lanzado recientemente sobre el encarecimiento de los costes laborales, a consecuencia de la supresión de bonificaciones y la retirada de la rebaja de cuotas a la Seguridad Social prometida por el Ejecutivo.

La mayor preocupación de los empresarios, sin embargo, se centra en la financiación. En este sentido, los patronos aprovecharán la visita de Báñez para mostrar su preocupación sobre la evolución de la prima de riesgo española, que encarece también el acceso de las empresas al capital.

En este sentido, otras fuentes destacan el nerviosismo que se vive en la cúpula de algunas grandes empresas en torno al rescate de la economía española. Según aseguran, los patronos apuestan por que el Gobierno pida cuanto antes la línea de crédito, mientras que el Ejecutivo se resiste a hacerlo hasta conocer los detalles de la petición de la ayuda.