El informe de la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) sobre los presuntos problemas de competencia en el área de distribución de productos petrolíferos ha revolucionado el sector por la dureza de su contenido. Sus conclusiones, que achacan el aumento de los precios de estos productos energéticos y de su peso en el aumento del IPC, a lo que consideran los elevados y aumentos de márgenes que obtienen las petroleras en España en las venta de estos productos.

Es una tesis que ha sido asumida por el  ministro de Industria,  José Manuel Soria, presionado por contener el aumento del IPC. En este contexto, Soria ha admitido que el Gobierno analiza la implantación de  medidas para mejorar la competencia  en el área de los carburantes de automoción, que tendrá como base las propuestas presentadas ayer por la CNC y la CNE. «Vamos a considerar la modificación de  la legislación introduciendo parte de las sugerencias de estos organismo con el objetivo que se introduzca mayor grado de competencia en el sector y que esto tenga reflejo en términos de precios», ha puntualizado.

En esta línea entre las medidas que se contemplan es la promoción de la instalación de estaciones de servicio en las grandes superficies comerciales. Una política comercial que ha tenido un éxito relativo en España, en donde controlan el 9% de las ventas, un porcentaje que contrasta con el 60% de cuota que tienen en Francia, que se ha convertido de nuevo en el modelo a seguir, pero que se ha traducido allí , por otro lado, en el cierre de 5.000 estaciones de servicio tradicionales.

Esta no sería la única medida para lograr la meta que persigue del departamento que preside José Manuel Soria: reducir el precio de los carburantes. Las medidas incluirían un trato favorable para los nuevos operadores en las concesiones de las autopistas y la reducción del tiempo de los contratos de las estaciones.  No obstante, en medios del sector se destaca que las empresas tardan más de cinco años en amortizar las inversiones que requieren el abanderamiento de las gasolineras, por lo que la reducción de la duración de los contratos afectaría, asimismo, a los eventuales nuevos operadores. El tema se presenta complejo, más cuando multinacionales cono Total, Agip, Esso o Shell, que vendió su red, han abandonado su presencia en España por la falta de rentabilidad. Es un aspecto que va unido a cómo se realizó el desmantelamiento del monopolio de Campsa, en el que Repsol, Cepa y BP-Petromed eran los mejores posicionados.

Por otro lado, en medios del sector, aunque se niegue el aumento de los márgenes en los últimos años que denuncia la CNC, se utiliza otro argumento en contra de una posible contención de los resultados en ese área que Industria defiende: Repsol y otras grandes operadoras tiene más capacidad para aguantar los recortes, por lo que puede redundar en que sean los más pequeños quienes abandonen la actividad.