La esperanza es lo último que se pierde. O ya se empieza a ver la luz al final del túnel. Pero el dato está ahí: las remesas que los inmigrantes envían desde España a sus países de origen cayeron en el segundo trimestre el 9,5% en tasa interanual, cuando en el primer tramo del año la disminución fue del 14,5%. Esto dibuja, según remesas.org, “una clara desaceleración de la crisis”. Porque los envíos de dinero en el segundo trimestre sumaron 1.580 millones de euros (1.754 millones en el mismo período de 2011).
“Anualizando los datos” y sumando los cuatro trimestres, la web remesas.org calcula que desde España se realizaron envíos de dinero por 6.281 millones de euros. Una cifra semejante a la obtenida en 2006, que fue de 7.058 millones. Precisamente el año anterior al estallido de la crisis financiera internacional, que comenzó en el verano de 2007 tras el desplome del mercado de hipotecas subprime en Estados Unidos y su rápido contagio al resto del mundo occidental a través de las titulizaciones hipotecarias y otros vehículos de inversión especiales.
Los envíos de dinero de los inmigrantes residentes en España hacia sus países de origen sufrieron el impacto de esa crisis a partir de junio de 2008. El volumen de remesas no se recuperó hasta el último trimestre de 2009, según el análisis que hace remesas.org. Pero volvió a caer otros dos trimestres a lo largo de 2010.
A partir del tercer trimestre de 2010 las remesas lograron enlazar cuatro trimestres consecutivos de crecimiento para volver a las disminuciones en septiembre de 2011. Desde entonces, han enlazado cuatro trimestres seguidos de descensos, en lo que califican como “la segunda crisis de las remesas”, o también “la segunda oleada” de la repercusión de la crisis económica y de la destrucción de empleo en España.
“Esta situación está producida por la crisis general de la economía española, que las remesas reflejan como cualquier otra actividad”, señalan los expertos de remesas.org. La particularidad de la evolución de las remesas de inmigrantes desde España es que, para bien y para mal, van un trimestre por delante del PIB nacional. De manera que “las remesas caen antes que el PIB, aunque también se recuperan un trimestre antes”.
Un suelo de 7.000 millones
La comparación entre la primera crisis y la segunda, o entre las dos oleadas, muestra que bastan tres trimestres de caída para alcanzar el suelo, o la máxima pérdida interanual. En el primer caso, la disminución llegó a ser del 17,7%, mientras en el segundo fue de 3,2 puntos menos (14,5%). Pero el suelo de los envíos de dinero por parte de los inmigrantes desde España parece quedarse en los 7.000 millones de euros. El techo, ahora mismo inalcanzable, está en los 9.000 millones.
“En la primera crisis, hicieron falta otros siete trimestres para llegar gradualmente hasta el crecimiento. Es posible que en esta segunda crisis sean necesarios menos trimestres para salir de la crisis, dada la menor virulencia de su inicio”, señalan los expertos de remesas.org.
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