El Banco de España alerta de la desconfianza del inversor sobre la banca

23/10/2012

Miguel Ángel Valero. Aprecia una “notable disminución” de los fondos captados por las entidades financieras en los mercados de renta fija

Del día a la noche. “Las favorables condiciones financieras derivadas de la entrada de España en el euro y de la holgura financiera global, que contribuyeron a un largo período de crecimiento económico, favorecieron la expansión de la actividad de intermediación” de la banca, señala “La evolución del balance agregado de las entidades de crédito españolas a lo largo de la crisis”, un análisis elaborado por Ignacio Fuentes, del Servicio de Estudios del Banco de España, y publicado en el último “Boletín Económico” del supervisor. Este “aumento significativo” del tamaño de los balances de las entidades contrasta con que, a partir de la segunda mitad de 2007 el inicio de la crisis financiera internacional y su posterior agravamiento, que afectaron con especial intensidad a España, “provocaron un cambio radical en el entorno operativo en el que se desarrolla la actividad de las instituciones financieras, que está afectando a la estructura de su negocio y a los flujos financieros de este sector”.

El estudio compara las dos situaciones. Durante los años anteriores al inicio de la crisis “se produjo un considerable incremento en el tamaño de los balances, con tasas de crecimiento muy por encima de las del PIB nominal”, con un mayor dinamismo en la operativa nacional de las entidades. A partir de 2008, “cuando los efectos  de la crisis sobre nuestra economía empezaron a sentirse con mayor intensidad, se inició una etapa de menor dinamismo en la actividad en nuestro país, que llevó a que el peso los activos sobre el PIB se estabilizara en niveles en el entorno del 260 %”.

La banca española reaccionó incrementando el volumen de negocio en el exteriora un ritmo elevado”. El peso de la actividad en el extranjero sobre el balance consolidado ha aumentado, en el crédito, desde el 22% de finales de 2007 a más del 28 % en diciembre de 2011. En el pasivo, del 23 % al 25 %.

La crisis económica ha tenido en nuestro país un impacto mayor en comparación con otras áreas, lo que ha reducido el negocio disponible en España y elevado la necesidad de realizar saneamientos”, explica este experto del Servicio de Estudios del Banco de España.  Pero las entidades de mayor dimensión “han aprovechado algunas oportunidades que aparecieron como con secuencia de la crisis financiera para comprar entidades extranjeras y así aumentar su grado de diversificación geográfica”.

Menos crédito al sector privado

Dentro de la operativa en España, se detecta un descenso de la financiación concedida al sector privado. En cambio, han aumentado los fondos proporcionados a las Administraciones Públicas, “en línea con las mayores necesidades de recursos de éstas, vinculadas al elevado déficit público”.

Por el lado del pasivo, se aprecia “una notable disminución de los fondos captados en los mercados de renta fija, lo que revela la desconfianza de los inversores en nuestro sistema financiero”·. Este recorte se ha visto compensado en parte por la financiación vía repos en los mercados interbancarios, aunque el acceso a esta vía “se ha visto dificultado por el descenso del precio de la deuda pública (principal activo utilizado como garantía en estas operaciones) y por la rebaja en las calificaciones crediticias de estos activos”.

A todo esto se ha unido el menor dinamismo de los depósitos bancarios, cuyo saldo sigue reduciéndose en lo que va de ejercicio. “En este contexto, las entidades españolas han tenido que recurrir a la financiación proporcionada por el Eurosistema, cuyo saldo se ha elevado significativamente durante los últimos meses”, añade el estudio.

Para Ignacio Fuentes, “estos cambios responden en parte a la necesidad de corrección de algunos desequilibrios acumulados por la economía española y por los distintos sectores”. En particular, “el excesivo endeudamiento de los hogares y las sociedades significa que éstos deben desapalancarse, lo que tiene lógicamente un reflejo en el balance de las entidades (que son las principales oferentes de fondos de empresas y familias)”.

Pero, para que este proceso sea compatible con la provisión de crédito a los agentes con proyectos solventes, “es crucial que se restaure la confianza de los inversores en la economía española y en su sistema financiero”, insiste el Servicio de Estudios del Banco de España.

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