Pollo con manzana

26/10/2012

Patricio Sesma Granell, restaurador. Tengo un sobrinillo de siete meses de nombre Juan Patricio, aunque por motivos para mí desconocidos, pero tal y como se hace ahora en la vida político-económica actual, se tomó la decisión, sin contar con el interesado, es decir conmigo, de llamarle Juan, si, Juan a secas.

Esta  aseveración sobre el contubernio es falsa y viene dada por la frustración de que mi nombre, Patricio, no perdurara ni con burdos chantajes, ni con economías sumergidas, ni con blanqueos de dinero, ni con dineros negros; es que como no soy político, ni constructor, ni concejal, no se hacer bien eso de ganarme los favores de los demás.

¡Ah! Y tal vez haya que decir a partir de ahora dinero Amarillo y amarillear el dinero, tras saberse que los chinos viven del dinero de Cobo Calleja. El polígono chino lleva el nombre de D. Manuel Cobo Calleja; no el presunto urdidor del lío-tránsfuga-Tamayo, sino de su padre, un empresario leonés que amasó una fortuna en los años ochenta a base de pelotazos, sobres, dádivas, ayudas y demás, y que en un momento dado decidió hacer, para seguir forrándose, los mayores polígonos industriales de España.

Mi Juan Patricio, es un bebé rubio pelón, grandote, calladito, comilón, que lo primero que hizo fue erguir y sostener su cabeza bien alta, pero que ante todo, es amante de los brazos. Desde la atalaya de los brazos ajenos , con la cabeza apoyada en el hombro de quien le acoge, con los ojos abiertos de par en par, con la mirada limpia y fija, observa, escruta, sonríe, frunce el ceño,  graba y graba todo con mucho interés en su disco duro, no se pierde nada de lo que acontece.

Yo me quedo mirándolo, y me pregunto: ¿Será capaz de procesar todo lo que ocurre en este país? ¿Qué futuro le depara la situación actual? ¿Será capaz de, con toda la información y el conocimiento que absorbe, desarrollarse hasta poder cotizar y pagar mi pensión? ¿Qué le deparará la nefasta educación actual?

Tras ese breve ensimismamiento que me produce su mirada, me giro y santiguándome exclamo en mi interior ¡¡ Pobre, vaya castaña de país que le vamos a dejar!! Y seguidamente, en actitud cobarde por no afrontarlo de cara, me vuelvo a mis pensamientos diarios, a mi impotencia diaria, a mi indignación diaria y sobre todo a mi ejercicio de entender lo que pasa.

No hay semana que no salga un salvador de la patria; esta vez le ha tocado al Sr. Aznar sacar los pies del tiesto y decir que este país es un asco, que no se puede permitir la actitud  soberanista de catalanes y vascos, que la educación es un desastre, que la reforma laboral hay que hacerla mejor.

Tras esto, mi sobrino hubiese fruncido el ceño y, desde su inocencia y su pensamiento no contaminado aún, hubiese exclamado: ¡Córcholis, vaya razón tiene este hombre, hay que hacer algo para mejorar mi futuro!

Pero yo, con mi pensamiento influenciado por la memoria de un pasado que aún él no tiene, exclamaría con indignación: ¡¡¡Presunto Idiota, vete a esparragar!!! Y acto seguido intentaría romper el cordón policial que hay delante  del Congreso, subir a la tribuna de oradores, bueno ahora es tribuna de lectores de panfletos escritos por la dirección del partido, y preguntar: ¿No eras tú el que hablabas catalán en la intimidad? ¿No fuiste tú el que pactaste con los ahora pérfidos catalanes? ¿No reformaste tú las leyes laborales? ¿No empezaste tú la burbuja inmobiliaria? ¿Son las pensiones vitalicias a los expresidentes una droga que les hace decir memeces?

¡¡¡Váyase Sr. Expresidente!!!

Juan Patricio, lo siento, lo estamos haciendo todo mal. Espero que algún día nos perdonéis, seáis capaces de darle la vuelta a la situación, y nos paguéis las pensiones

Hasta entonces, a lo más que llego es a darles recetas a tus padres para que te mantengan sano y fuerte y, por favor, no pierdas nunca esa mirada y ese interés por todo; eso es parte de tu auto-educación y culturización, porque si hay que confiar en la que te vamos a dar, apañado vas. Ahí va una receta suavecita para empezar tu educación.

POLLO CON MANZANA

2 manzanas pequeñas finamente rebanadas o ralladas.

2 cucharadas de queso cheddar rallado.

1 cucharada de pan rallado.

2 pechugas de pollo deshuesadas y sin piel.

1 cucharada de mantequilla.

1/4 vaso de vino blanco seco.

60 ml de agua.

1 cucharada extra de agua.

1½ cucharaditas de maicena.

1 cucharada de perejil fresco picado para decorar.

Mezclar la manzana, queso y pan rallado. Reservar.

Aplanar las pechugas de pollo (se puede hacer con un  rodillo o con una botella de vino)  hasta lograr 1 cm de espesor.

Colocar una cucharada de la mezcla encima de la pechuga y enrollar; para que no se suelte “atar con un palillo”.

Derrite la mantequilla en una sartén grande a fuego medio y dora las pechugas.

Agregar el vino y el agua.

Tapar y cocinar a fuego lento de 15 a 20 minutos, o hasta que consideres que esta hecho el pollo

Pasas el pollo a una fuente.

Mezclas la maicena con una cucharada de agua y el aceitito que ha quedado en la sartén. Sofríes  hasta que espese.

Rocías la salsa sobre el pollo, adornas con perejil y lo sirves.

Juan-Pat, dile a tu madre que te lo pase por la batidora, añadiendo un poco de leche, y queda un puré de pollo con fruta riquísimo.

También se pueden envolver los rollos de pollo que hemos hecho en una tortilla mejicana de maíz. Añadir por encima la salsita y queso rallado para gratinar  y darle 5 minutos de horno. Quedan una fajitas deliciosas.

¡¡¡ BUEN PROVECHO!!!

Patricio Sesma Granell es director de Bokado Madrid

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