La Bolsa de Nueva York ha recibido con números rojos la victoria del actual presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en las elecciones, hasta el punto de que el principal índice de cotización, el Dow Jones, ha cerrado con pérdidas del 2,36%, bajando 312,95 puntos, hasta los 12.932,75.

Los sectores de energía, sanidad, defensa y banca han sido los más golpeados por estos números rojos, ya que los inversores veían al candidato republicano a la presidencia, Mitt Romney, más favorable a estas industrias.

Además, en la Bolsa comienza a plasmarse el temor a que Obama no pueda lograr un acuerdo con los republicanos sobre la prórroga de las deducciones fiscales aprobadas por George W. Bush.

La alternativa al consenso sería el llamado «abismo fiscal», que derogaría automáticamente los beneficios fiscales y obligaría a millones de propietarios de viviendas, por ejemplo, a multiplicar su gasto fiscal o reduciría las prestaciones por desempleo.

En concreto, las normas aprobadas prevén el recorte automático y radical del gasto público y la subida de impuestos a partir del 1 de enero, un paquete que en conjunto supondría unos 600.000 millones de dólares (unos 470.000 millones de euros). El resultado sería que la primera economía del mundo se sumiría en lo que los analistas denominan un «abismo» de recesión.