Si la noticia de la muerte de unas jóvenes en una macrofiesta nos causa verdadero estupor, a los que tenemos hijas o hijos en edad de acudir a esos festejos se nos ponen los pelos de punta, se nos encoje el alma y nos queda una angustia difícilmente soportable.
Visto lo visto, y escrutando todas las noticias que aparecen en los periódicos, en las televisiones y en las radios, aún me angustio más.
¿Es posible que nadie en la administración se diese cuenta de la peligrosidad de estos eventos? ¿Es posible que en la administración nadie supiese que estas macrofiestas son un nido de drogas y alcohol? ¿La necesidad de ingresos en las arcas publicas pasa por encima de la seguridad de nuestros hijos? ¿Nadie se ha dado cuenta de que esos saraos no son más que macrobotellones legalizados? ¿Macrobotellón en la calle no, pero en un recinto alquilado a la administración sí?
Los locales privados han de actualizarse a las nuevas directrices en materia de seguridad que se imponen desde los estamentos políticos cada vez que hay un siniestro. ¿Los locales públicos no?
¿Puede un concejal de distrito cerrar un establecimiento propiedad de una administración? Legalmente supongo que sí, pero efectivamente no, y lo digo con conocimiento de causa.
Cuando algún funcionario levanta un acta de cierre sobre un edificio o local de la administración, rápidamente se pone en marcha la máquina de reparto de favores, prebendas gratuitas y de chanchullos entre políticos y deudores de favores.
Y tengan ustedes por seguro que no se cierra. ¡Palabrita del niño Jesús!
Visto que con la política hemos topado una vez más, como siempre, las decisiones finales corresponden a la iniciativa privada, que en este caso son los padres.
Pero, ¿qué hacemos? ¿Les prohibimos a nuestros hijos ir a conciertos? ¿Les prohibimos ir a fiestas? ¿Les prohibimos salir de casa?
Y aquí, en esto de salir de casa, hago un inciso, ya que la ley es la ley y no sólo permite macrobotellones consentidos, también permite que violadores, ladrones, pederastas, y demás gente de mal vivir, campen a sus anchas en la calles de este país, porque la reducción de penas en la legislación de este país es mas generosa que la caridad. Y nosotros una vez más consentimos.
Todos sabemos que la prohibición no es la mejor manera de educar, así que por favor ¿me puede decir alguien que hacemos? ¿Me puede decir alguien si se va a solucionar esto? Yo voté con la esperanza de que los políticos hiciesen su trabajo y solucionasen todo esto. ¡¡¡¡Ingenuo de mí!!!!
En España el voto, que con toda la ilusión democrática se deposita en las urnas, al pasar a manos de los políticos, se convierte en un cheque en blanco para robar más, para que se dejen robar y/o regalen a sus amigos los ipads que les hemos comprado y con toda la desfachatez del mundo solicitar que se los repongamos. ¡¡¡INDECENTES!!!
Pero lo que mas me duele es que se permiten el lujo de robar el alma de los inmaduros adolescentes que no saben qué hacen en este mundo, ni a donde van, ni que va a ser de ellos. Sí, estoy triste, apesadumbrado y poco optimista, pero me voy a refugiar en la cocina, a reflexionar mientras me preparo una ensalada con productos otoñales.
Una ensalada de otoño
Ingredientes para 2 personas:
2 manojos de berros.
1 escarola.
2 patatas.
100 gde pistachos.
1 granada.
1 melocotón.
12 lonchas de tocineta.
8 guindillas en vinagre.
100 gde queso de cabra.
50 gde queso azul.
100 ml de leche.
Agua.
Vinagre.
Aceite de oliva.
Sal.
Elaboración
Cocer las patatas en una cazuela con agua y una pizca de sal durante 25 minutos aproximadamente. Escurrir, dejarla que se enfríen y pelarlas.
En un bol ponemos el queso azul con un poco de leche y lo metemos en el microondas para que se derrita.
Una vez derretido el queso añadimos el resto de la leche, un chorrito de vinagre, un chorro de aceite de oliva y perejil picado al gusto.
Batimos con varilla o con tenedor hasta que ligue.
Cortamos las guindillas en trocitos y las añadimos a la vinagreta.
Luego cortamos el queso de cabra en tacos rectangulares, los envolvemos en las lonchas de tocineta y los freimos en una sartén con abundante aceite y bastante caliente.
Una vez fritos, los ponemos en un papel absorbente.
Ponemos la escarola y los berros en un cuenco grande. Añadimos el melocotón pelado y cortado en cubitos, desgranamos la granada y lo añadimos junto a los pistachos pelados.
Agregamos la patata troceada. Y aliñamos con la vinagreta que hemos hecho.
Ponemos encima los rollitos de queso y tocineta y servimos.
¡¡¡BUEN PROVECHO!!!
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