España tiene uno de los índices más bajos de muertes por incendio del mundo, algo más de 3,7 muertos por millón de habitantes en 2011, lo que significa que en los últimos 30 años, este indicador se ha reducido en más de un 50% a pesar del crecimiento de la población. Los cuerpos de Bomberos de España realizaron 135.000 intervenciones durante 2011 por incendios, en las que se produjo un 10% menos de víctimas mortales que en 2010.
Entre las causas más frecuentes de incendio con víctimas mortales se encuentra el tabaco, los descuidos con radiadores, chimeneas o braseros, así como el mal estado y el uso inadecuado de instalaciones eléctricas, señala un estudio de la Fundación Mapfre. Estos siniestros se concentran en los meses más fríos (de noviembre a febrero) y en tres autonomías: Cantabria, Castilla y León y La Rioja.
El “Estudio de víctimas de incendios en España 2011” registra 2.510 víctimas por incendio y explosión, de las que 2.337 sufrieron lesiones y 173 personas fallecieron. El 40% de los que perdieron la vida fueron mayores de 65 años, en su mayoría hombres. Las quemaduras (56%) y la intoxicación por gases (41%) fueron las causas de las muertes.
Antonio Guzmán, director general del Instituto de Prevención, Salud y Medio Ambiente de la Fundación Mapfre, destaca que en las ciudades de menos de 1.000 habitantes hay cinco veces más riesgo de morir en un incendio que en las grandes poblaciones (más de medio millón de habitantes).
Medidas de prevención
Para prevenir un incendio, el Instituto de Prevención, Salud y Medio Ambiente de la Fundación Mapfre recomienda, especialmente a las personas mayores, que no tengan en casa braseros de carbón o leña, velas, ni cocinas de gas, ya que es muy fácil olvidarse de apagarlas. También aconseja no fumar en la vivienda (los cigarrillos mal apagados son unas de las principales causas de incendio cuando hay víctimas mortales), no sobrecargar los enchufes con ladrones, desconectar los aparatos eléctricos después de usarlos, y no dejar las cerillas y los mecheros al alcance de los niños.
También hace hincapié en la necesidad de cerrar siempre la llave del gas después de su uso, no situar las estufas cerca de muebles o cortinas ni utilizarlas para secar la ropa y no abandonar una sartén o una olla en el fuego. Además, los expertos recomiendan tener un detector de incendios en el hogar, sobre todo porque es el mejor sistema de alerta cuando se inicia un fuego por la noche, y disponer de una manta apaga fuegos en un lugar visible y cerca de la cocina, así como de un extintor.
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