El PP trata de evitar que el ERE de Iberia se convierta en un símbolo de la ineficacia de su reforma laboral. La ministra de Fomento, Ana Pastor, intentará este martes convencer a los gestores de la compañía para que reduzcan los 4.500 despidos planteados. Sin embargo, Pastor acudirá maniatada a la reunión. Desde la entrada en vigor de la reforma, la compañía no precisa de autorización de la Administración para sacar adelante su expediente de regulación de empleo (ERE).
Pastor presionará a los responsables de Iberia este martes en la sede del ministerio a fin de evitar que Iberia despida finalmente a 4.500 trabajadores. La titular de Fomento, con la excusa de garantizar la “movilidad aérea” y no perjudicar al turismo, insistirá en que la reestructuración “debe de ser integral” y “no unilateral y afectar solo a las personas”.
Sin embargo, en sus gestiones, Pastor no podrá contar con la necesidad de una autorización del ERE por parte de la Administración. Esta condición, cuya gestión recaía en las comunidades autónomas, fue eliminada por la reforma laboral. Y desde entonces las compañías pueden despedir libremente, sin necesidad del permiso administrativo.
“Quien siembra vientos recoge tempestades”, replicaron hoy los sindicatos, muy críticos con la reforma laboral, contra la cual han convocado este miércoles la segunda huelga general en lo que va de año. Según el líder de UGT, Cándido Méndez, la reforma laboral “invita a las empresas a despedir” y “es normal que las empresas le respondan con las mismas palabras”.
Los responsables de Empleo han defendido que la reforma es un instrumento que otorga flexibilidad a las empresas, a fin de evitar despidos. Sin embargo, desde la entrada en vigor de la nueva normativo, el número de despidos colectivos se ha disparado hasta afectar entre enero y agosto a cerca de 51.000 trabajadores, un 7,8 por ciento más que en 2009, el peor año de la crisis.
British deterioró las cuentas de Iberia
La reforma laboral pone en manos de los empresarios un amplío catálogo de herramientas para asegurar la continuidad de la compañía. A cambio exige que los gestores demuestren el mal estado de sus números. En este sentido, el líder de CCOO, Ignacio Fernández Toxo acusó hoy a British de deteriorar de forma intencionada las cuentas de Iberia a fin de empeorar sus resultados y justificar así lo abultado de su ERE. En concreto, según Toxo, British ha desviado hacia al aeropuerto de La Haya operaciones que podrían haberse acogido en los aeropuertos españoles controlados por Iberia. Mientras, Méndez ha pedido un plan de futuro a la empresa, que busque “un equilibrio”.
Según los sindicatos, el plan de reestructuración de Iberia pretende eliminar 4.500 puestos de trabajo y reducir la capacidad de Iberia, así como segregar los negocios de asistencia en tierra –el llamado handling- y de mantenimiento, para su posterior venta. También se pretende reducir los salarios de la plantilla entre un 25 y un 35 por ciento, y congelar los salarios y complementos hasta 2015.
Asimismo, la compañía afirma que solo buscará renovar las licencias de handling en aquellos aeropuertos que ofrezcan una rentabilidad de entre el 10 y el 20 por ciento. Y fija un límite, antes del 31 de enero, para alcanzar un acuerdo, amenazando además con tomar “otras medidas” en caso contrario.
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