Si usted forma parte del colectivo de trabajadores cuya empresa ha decidido redactar convenio propio, sepa que se halla en medio de un gigantesco experimento laboral. Aquel que, en España, dilucida hoy quién tiene razón; aquellos que defienden una negociación colectiva pegada a la empresa -como el Gobierno-, o quienes como los sindicatos, afirman que esa cercanía, con un tejido productivo como el español, solo provocará más pobreza entre los asalariados, en especial entre sus capas más débiles.

Con todo, ese experimento laboral que se libra el país arroja ya algunos resultados. Y todos ellos hablan de una pérdida del poder adquisitivo. La que sufren los asalariados, que han visto sus remuneraciones crecer al 1,24 por ciento mientras la inflación lo hace al 3,4 por ciento. Así lo indican los datos sobre la firma de convenios hasta octubre. Y se traduce en una merma de poder real de compra de los asalariados por valor superior a dos puntos.

Pero el suyo también puede ser el caso de uno de los 6,7 millones de trabajadores cuyo convenio colectivo permanece bloqueado. Si este es su caso sepa que, quizás, se encuentre usted en medio de una “estrategia” empresarial, según ha denunciado este lunes el líder de UGT, Cándido Méndez.

Méndez sospecha que los empresarios han decidido prolongar la agonía de hasta 4.100 convenios, lo que afecta a 6,7 millones de trabajadores, a fin de beneficiarse de algunas de las nuevas ventajas que les concede la reforma laboral.

A partir de febrero, y una vez que cumpla un año sin renovación, el convenio que recoge sus condiciones laborales y le ampara, decaerá. Perderá entonces cualquier validez y los negociadores habrán de empezar de cero la negociación. Con casi total seguridad eso se traducirá en un deterioro de su salario y de sus condiciones laborales, apuestan los sindicatos, muy críticos con el límite de un año que la reforma laboral estableció para la ‘ultraactividad’ de los convenios, antes indefinida.

Pérdida de rentas salariales

Los cambios que traerá la reforma laboral en la negociación colectiva ahondarán en el proceso de devaluación salarial. Entre 2008 y 2012, las rentas salariales llevan perdidos 40.000 millones de euros. En el mismo período, los beneficios empresariales o excedentes brutos de explotación han aumentado, hasta alcanzar los 31.500 millones de euros, según ha destacado UGT.

Una desigualdad que ha despertado la ira de los sindicatos. Máxime cuando en enero las centrales firmaron un acuerdo con los patrones que establecía la moderación salarial a cambio de una contención de los beneficios empresariales.

Según Méndez, “es evidente que el acuerdo se cumple en los salarios y se incumple de forma estrepitosa en la contención de precios o beneficios empresariales”. “Los empresarios no quieren aplicar lo que ya está pactado”, añadió su secretario de acción sindical, Toni Ferrer en el transcurso de unas jornadas sobre negociación colectiva.

El desencanto sindical puede desembocar en una espiral conflictiva. Méndez no descartó hoy que pronto se inaugure esta nueva fase de presión en las empresas, si bien prefirió esperar a que concluya la reunión que este jueves tienen prevista con los representantes empresariales en la comisión de seguimiento del pacto.