Respondiendo a la petición de la canciller, Michel Temer, vicepresidente de la República, dijo: «Queremos trabajar con Alemania y continuar las relaciones con Portugal y España». Temer señaló que hay más de 1.200 compañías alemanas operando en Brasil, y el comercio recíproco y las inversiones están aumentando.

El proyecto de libre comercio entre la Unión Europea y Mercosul, que ha estado inactivo durante años, a pesar de los deseos alemanes, fue otra cuestión tratada. Temer observó que se trata de una cuestión «en permanente debate».

Al citado encuentro empresarial asistieron, entre toros, Leandro Rodamile (Audi), Marcelo Lyra (Braskem), Jackson Scheneider (Enbraer), Mario Anseloni (Itautec) y Jose Seripieri Jr (Qualicorpo). El vicepresidente de la República de Brasil además de reunirse con Angela Merkel, el grupo también se reunió con el presidente de Alemania, Joachim Gauck, y el presidente del Parlamento, Norbert Lammert.

El grupo también participó en un almuerzo con los empresarios alemanes en la sede de BDI, la German Confederation of Industry, en Berlín. Al encuentro asistió el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Antonio Carlos Raupp; el embajador de Brasil para Alemania, Everton Vargas; y otros 20 ejecutivos brasileños.

La carga fiscal así como la burocracia implicada en avanzar con proyectos de infraestructura formó parte de una lista de quejas alemanas. Temer mostró que estos problemas se están tratando por la presidenta Dilma Rousseff. Citó el programa Brasil Sem Fronteiras («Brasil sin fronteras»), que ya ha colocado a más de 20.000 estudiantes en las mejores universidades del mundo, y que cambiará la cara del mercado brasileño. «Brasil, además de ser un país donde las compañías de todo el mundo quieren estar y tienen que estar, continúa manteniendo sus puertas abiertas para la inversión por socios, particularmente los que buscan soluciones».