Al hilo de mi comentario de la semana pasada, sigue en primera página, y espero que hasta que no se aclare ahí siga, la desgracia del pabellón Arena de Madrid.
Se leen muchas cosas, casi ninguna sorprende. No sé quién es amigo de no sé cuántos y por eso hacía fiestas, fulanito esta casado con la hermana del que manda en no sé dónde y por eso le dieron permiso,… Vamos, que el gremio que nos ha llevado al desastre económico y moral, campaba a sus anchas en este tema.
Pero, de repente, leo en un periódico, sí, sí, ya sé que no es muy sano para la salud mental, que en la fiesta había servicio médico privado.
Ni corto ni perezoso, le envío a una maravillosa profesional de emergencias, que trabaja en la sanidad pública y entiende mucho de esto, esta noticia y sin mediar más de cinco minutos, recibo la siguiente contestación:
“Es una vergüenza la falta de responsabilidad que esto demuestra por parte de quien contrata a un equipo tan reducido, y una desvergüenza por parte del equipo sanitario al admitirlo.
Un médico de 77 años, sin desfibrilador ,esperando fuera sin atender a las víctimas, y otro médico, su hijo, funcionario al parecer del ayuntamiento con nivel 26 y trabajando en salud laboral, y supuestamente, y debido a que tenía incompatibilidad, el padre dice que fue a ayudarle «voluntariamente » sin cobrar, con lo cual, aún más reducido todavía el dispositivo sanitario.
En todos sitios cuecen habas, pero tengo la sensación de que cuando hay pasta por medio los médicos, hospitales,…también se venden aun a costa de la salud de la gente.
Y yo a luchar por explicar que la privatización de la sanidad no se debe permitir.
¡Hala, ya lo he dicho, y que me he quedado a gusto!”
Tras leer la opinión de este médico, la verdad es que me quedo tranquilo; quizás ellos se revolucionen un día y la líen parda para evitar casos como éstos donde el dinero y los favores juegan con la salud de las personas. Y lo peor de todo es que hemos llegado a esta situación, el dinero antes que la vida. ¡¡¡Deplorable!!!
Y la frase de la semana para Benedicto XIII; ahora resulta que no podemos poner ni la vaca ni la burra en el Belén porque él sabe que en aquel pesebre no había animales, y tras esto, yo le pregunto: ¿Los pastores llevaron ovejas o cabritos? El pastor que tengo yo lleva una oveja. ¿Y si era un cabrito lo que él llevó? ¿Y si no llevaron nada? ¿Y si no había pesebre y fue en el centro de salud donde dio a luz? Pero claro, tuvo que dar a luz sola porque los médicos estaban en huelga tras la privatización de los centros que habían pasado a manos de los patricios.
Benedicto, ¿no tienes nada más importante que hacer? Y además no resuelves un gran problema: ¿Estaba el caganet? Me imagino que has hecho como todos, lo que suena a catalán ni se toca. ¡Mira que son raros estos catalanes! Un niño haciendo sus necesidades en el Belén. ¿Y eso qué representa? ¿Nuevamente la sanidad estaba en huelga y el chaval con una diarrea no fue tratado por los médicos en huelga?
En fin, que para tener bien el estómago y además calentito que tanto se agradece en estas fechas, vamos a preparar:
MEJILLONES CON ARROZ Y CREMA DE AZAFRÁN
Ingredientes para 6 personas:
2 kg. de mejillones.
1 rama de perejil.
1 diente de ajo.
1 cebolla picada.
1,5 Dl. de vino blanco.
1 cucharada de harina.
2 Dl. de nata líquida.
1 dl. de caldo de pescado (vale el de cartón).
Hebras de azafrán.
Sal.
Pimienta.
3 tazas de arroz.
Mantequilla.
Perejil picado.
Preparación:
Lavar y quitar las barbas de los mejillones.
Colocarlos en una cazuela con el perejil, el diente de ajo y la mitad del vino blanco. Tapar y cocer 5 minutos hasta que los mejillones se abran.
Dejar enfriar y retirar la carne de los mejillones reservando el caldo que han soltado y colarlo.
Pelar y picar la cebolla, rehogarla con un poco de aceite, incorporar el resto de vino blanco y añadir la harina.
Incorporar el caldo, el agua de los mejillones, la nata y el azafrán. Salpimentarlo y hervirlo 5 minutos para que espese. Añadir los mejillones, darles un hervor y apagar el fuego.
Cocemos el arroz sin pasarlo mucho. Una vez hecho lo escurrimos bien.
En una sartén fundimos la mantequilla y rehogamos el arroz y espolvoreamos perejil.
La forma de servir es poner un colchón de arroz y encima la crema, o en un plato sopero colocar en medio el arroz con forma de volcán, y rodearlo de crema.
¡BUEN PROVECHO!
Patricio Sesma Granell es director de Bokado Madrid
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