El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, aprovecha la clausura del acto de celebración del 25º aniversario de la Ley de Planes y Fondos de Pensiones, organizado por Inverco, para lanzar dos mensajes. Uno de optimismo sobre la economía española: “2013 será el último año de caída de la actividad económica”. Y otro, de advertencia a los que no acudan a la ‘amnistía’ fiscal que culmina en los próximos días. “Tener rentas no declaradas fuera de España es injustificable en cualquier circunstancia, pero más aún en momentos de crisis”, argumenta, mientras proclama que la regularización fiscal “va a ser un éxito, no del Gobierno, sino de todos los españoles”.

Montoro explica que la crisis que sufre España “es financiera, de acumulación de deuda”, lo que le pone en una “posición de debilidad, de vulnerabilidad a la presión de los mercados”. Pero los ajustes y las reformas están produciendo una mejora de la competitividad de la economía española, que no tiene necesidad de financiación adicional. Las empresas y las familias están en posición financiera de “claro excedente”, aunque el sector público sigue siendo demandante de recursos.

“A España lo que le conviene es reducir cuanto antes el déficit público, aún en momentos de recesión. Es inexcusable, y el primer objetivo de la política económica del Gobierno” insiste Montoro. Pero “el Gobierno está tratando de hacerlo de una forma no tan estricta, sin provocar más recesión económica, porque entonces entraríamos en un círculo vicioso«. Pero “España no necesita más tiempo para reducir su déficit”, asegura, mientras resalta que “no hay debate entre austeridad y crecimiento”.

La UEM no funciona bien

Pese al esfuerzo por equilibrar las cuentas públicas “cuanto antes”, España tiene que sufrir una prima de riesgo «estratosférica«. Esto demuestra que “la Unión Monetaria no está funcionando bien” y que “debemos hacerla progresar para garantizar la estabilidad económica de los países”.  La circulación de capitales entre el norte y el sur de Europa está «interrumpida«, y “los diferenciales de tipos de interés entre los países de la Unión no alcanzan estándares adecuados«, reiteró.

Montoro reclama “más integración política, cuando en la construcción de Europa algunos países arrastran los pies”, unión bancaria, progresos en fiscalidad, mejorar la gobernanza y los mecanismos de participación de los Estados miembros de la Unión Monetaria.