La Comisión Rectora del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) y la Comisión Ejecutiva del Banco de España han aprobado la integración del Banco de Valencia en Caixabank, “en el ámbito del proceso de resolución ordenada” de esta entidad, participada por Bankia/BFA (que la heredó de Bancaja) y administrada por el Frob desde el 21 de noviembre de 2011.

Pero antes de pasar a manos, un año y una semana después de la intervención, de CaixaBank, que consolida así su posición como primer grupo financiero en el mercado español además de incrementar su presencia en la Comunidad Valenciana y en la Región de Murcia, el Frob suscribirá una ampliación de capital por importe de 4.500 millones de euros en el Banco de Valencia. Sólo entonces se transmitirá su participación íntegra en la entidad a CaixaBank “por el precio de un euro”.

Previamente a la recapitalización del Frob, los accionistas actuales del Banco de Valencia “soportarán las pérdidas en las que haya incurrido la entidad”. “CaixaBank pasará a tener una participación próxima al 99% del Banco de Valencia y, en cualquier caso, no inferior al 90%, incluso en el supuesto de que hubiese un elevado grado de participación de los accionistas minoritarios en el aumento de capital” precisa el grupo presidido por Isidro Fainé y dirigido por Juan María Nin.

Además, se realizará el traspaso a la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), más conocida como el ‘banco malo’, de inversiones y riesgos de naturaleza inmobiliaria. Y se acometerá la realización de acciones de gestión de instrumentos híbridos de capital y de deuda subordinada , de forma que sus titulares también que soportar las pérdidas del Banco de Valencia.

El Frob concede al Banco de Valencia un esquema de protección de activos por el que, durante un plazo de diez años y para una cartera de activos predeterminada, esta institución asumirá el 72,5 % de las pérdidas derivadas de ésta una vez absorbidas las provisiones constituidas a 30 de septiembre.

“El plan de resolución de Banco de Valencia ha sido sometido a las autoridades de competencia de la Unión Europea junto con los correspondientes al resto de las entidades participadas por el Frob”, señala esta entidad. Aunque está previsto que su decisión sobre la aprobación de estos planes se produzca mañana miércoles, el hecho de que se anuncie ya la adjudicación del banco a CaixaBank indica que no habrá problema alguno en este sentido. “Además, estos planes están sujetos a la no oposición del ministro de Hacienda y Administraciones Públicas”, precisa el Frob.

El Banco de Valencia está siendo administrado por el FROB desde el 21 de noviembre de 2011 y “viene operando con normalidad con sus clientes y acreedores”. “Esta operación de integración con Caixabank contribuye a asegurar su solidez financiera y garantiza su viabilidad”, argumenta el Frob.

Ganancia de cuota e impacto en el BPA ya

Tras la realización de la integración del Banco de Valencia, la ratio pro-forma a 30 de septiembre de Core Capital Basilea II de CaixaBank se situaría por encima del 11%, manteniéndose una situación de liquidez superior a los 50.000 millones de euros. “Se espera que la adquisición tenga un impacto positivo en el beneficio por acción de CaixaBank desde el primer año”, precisa la entidad, que espera cerrar la operación en el primer trimestre de 2013.

El Banco de Valencia tiene 2.113 empleados y 423 oficinas, el 74% en la Comunidad Valenciana y Región de Murcia. Tiene una cuota de mercado global en estas dos autonomías del 5,3% en depósitos y del 6,2% en oficinas. Aporta a CaixaBank 20.704 millones de euros en activos (el grupo tendrá ahora 365.000 millones, frente a los 331.000 millones de Santander España, que incluye Banesto), 49.000 empresas y 351.000 particulares clientes. Con el Banco de Valencia, CaixaBank tendrá cuotas de mercado del 9,8% en Castellón, 15,1% en Valencia; 9,6% en Alicante, y 10,1% en Murcia.

CaixaBank estima un ahorro de 10 millones de euros en 2013 por la integración del Banco de Valencia, que ascenderá a 85 millones anuales a partir de 2014. Los costes de reestructuración brutos suponen 232 millones.