Ya no nos llama la atención que cada mercado europeo vaya «a su bola». De hecho, en los últimos tiempos parece como si el índice británico y el alemán fueran de otro continente, pero lo de ayer fue raro.

De entrada, el mercado más activo fue el que últimamente se ha mostrado más remolón, el francés. El CAC subió un 1,63% en una sesión pletórica y dejó muy atrás a los que habitualmente comandan este tipo de clasificaciones, el Dax y el Footsie.

Como añadidura, parecía que las cotizaciones iban a irse a las nubes a media mañana, pero la división en el Eurogrupo en torno al fondo de rescate de la Eurozona afectó y mucho. Esta vez también más al Dax que a otros, sorprendentemente. Son ya muchas las señales de una Europa desunida que hemos lanzado almercado y antes o después a alguien le va a pasar factura este asunto.

Y luego, capítulo aparte, lo del Ibex. Está completamente a merced de la marea y eso se nota muchísimo. Si el resto suben, sube pero poco; si el resto bajan, baja pero mucho; y si el resto dudan, entonces el desplome está asegurado en el selectivo español. Como ayer el resto subía, no le quedó más remedio que subir, pero la sesión fue de auténtica pena. Seguramente el «puente» ha tenido alguna influencia, así que esperaremos el jueves para confirmar esta impresión.

Con este estado de cosas, destacar también que la apertura en Wall Street ha podido llamar a engaño a más de uno. Se trata de una gráfica a la baja, pero mucho ojo, porque es a la baja desde máximos anuales y ya veremos qué pasa luego, que nos pueden hacer la del pulpo otra vez.

En fin, que todo esto sirvió para que el Dax superara la barrera de los 7.000 puntos al cierre tras subir un 0,68%, el Footsie un 0,66% y el Ibex un 0,35%.  El CAC estuvo a años luz y ya veremos si confirma esta buena impresión en los próximos días.