¿Mal de altura?

07/12/2010

M. L.. 7-12-2010

Queda mal sabor de boca cuando toda la sesión da muestras de fortaleza y se transita con los índices por máximos anuales y, de repente, la situación se revierte de buenas a primeras y se cae con estrépito hasta quedar en los niveles del cierre anterior. Me dirán que pudo haber sido peor y que los índices pudieron haber cerrado en pérdidas, pero yo creo que eso es igual.

Mi idea es que existe el mal de altura. Que los propios inversores se acongojaron al ver al S&P 500 por encima de los 1.235 puntos al comienzo de la sesión. La corrección inicial de los índices desde estos niveles estaba cantada, la recuperación posterior, también, pero en el guión sólo encaja el hundimiento final como un episodio de mal de altura.

De hecho, coincidió con una súbita revalorización del dólar que los analistas vuelven a atribuir a la desconfianza de los inversores respecto del euro y sus problemas. Que el dólar se recupere, señores, no es para tanto y más si se tiene en cuenta que los datos macro de Estados Unidos están girando al norte con cierta rapidez. Aviso: les va a costar mantener la debilidad del dólar y si cada vez que no lo logran nos van a hundir el mercado, vamos a ver más episodios como el de esta tarde-noche.

L0 que cuenta, en mi opinión, es que el mercado sigue teniendo ganas de subir. Las disimula como puede y seguramente vuelve al punto de origen cada día para que los «gordos» rezagados puedan tomar posiciones más ventajosas, pero tiene unas ganas de rallye de fin de año como hace tiempo que no se veían. Otra cosa es que lo consiga o no, que supongo que hay fuertes intereses bajistas a los que no les hará demasiada gracia un festival alcista.

Suben más que bajan, aunque el saldo es más equilibrado que en las sesi0nes eufóricas de la semana pasada. Y eso, aunque ustedes no lo crean, es importante. El mercado es la suma de muchos valores y al final se impone lo que quiere la mayoría, con independencia de su peso específico en el mercado. Si son los más pequeñitos, les costará más, pero su insistencia machacona terminará por contagiarse al resto. Está claro que si los que tiran son los grandes las subidas están garantizadas, pero eso no siempre ocurre, así que hay que darle su importancia a quien la tiene y ayer fue una demostración clara. En el Dow, donde cotizan los 30 mayores valores industriales del país, la sesión se saldó con leves pérdidas, un 0,03%. En cambio, en índices con mayor muestra de valores más pequeños, el rojo no llegó a imponerse en el cierre. Por poco, pero el S&P500 logró cerrar con un avance del 0,05% y el Nasdaq Composite subió un 0,14%. Poca cosa, sí. Pero significativa.

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