Haier basa su éxito global en incentivar a sus empleados por logros

10/12/2012

Joan Carles Valero. Zhang Ruimin, el hombre que hizo de una fábrica china de neveras arruinada la marca global Haier, explica que su éxito estriba en una organización abierta, donde sus empleados obtienen su remuneración según las metas que logran.

Zhang Ruimin, CEO de Haier, la mayor empresa privada china, atribuye el crecimiento de su compañía, líder en el sector de electrodomésticos en su país, en haber transformado la producción en masa en un modelo de organización dinámica y abierta, en lugar de piramidal y burocrática. Una organización en la que los 80.000 empleados de su plantilla están organizados en 2.000 unidades operativas y autogestionarias dedicadas en exclusiva a un producto y a una región determinada.

Unas unidades integradas por grupos reducidos de empleados que mantienen un contacto directo con los usuarios finales, de modo que pueden captar las necesidades cambiantes de los cliente y ofrecer soluciones rápidamente «en la era de Internet». Así, en Haier han desaparecido los departamentos centrales de las compañías convencionales, como I+D+i, contabilidad, etcétera, para formar parte de cada unidad productiva y los directores se han convertido, según Ruimin, en “facilitadores”. ZHang Ruimin, que en su intervención ha hablado sobre los retos en la gestión y liderazgo que las empresas globales afrontan en la era de la globalización, y de cómo deben saber adaptarse a entornos locales, sin perder la visión global de la marca.

Durante su conferencia en la barcelonesa escuela de negocios, Ruimin ha adelantado que su compañía cerrará el ejercicio con un beneficio de 1.500 millones de dólares.  Para Zhang Ruimin, «la empresa ha dejado de ser una organización rígida y ahora está conectada con el entorno en contacto directo con los proveedores y los usuarios» para ofrecer productos personalizados según la zona geográfica, por lo que cada grupo de trabajo cuenta con su propio equipo de I+D y los directivos se limitan a facilitar los recursos que los equipos necesitan para mantener esta proximidad con los clientes.

Penalización si no se logran objetivos

«Se deben captar las necesidades de los usuarios para seguir el ritmo de los tiempos» para impedir lo que le ocurrió a Motorola, que fue superada por Nokia y ésta por Appel al haber fracasado en el objetivo de ser empresas de su tiempo, ha reiterado el directivo, para quien la clave está en adaptarse constantemente al momento, por lo que otra medida para agilizar una respuesta rápida ante los cambios en la demanda es vincular los incentivos de todos los empleados al cumplimiento de los objetivos estratégicos.

El directivo ha reconocido que hasta el momento se han dado cinco casos en los que los empleados responsables de un producto han tenido que abonar el coste de un pedido que tardó más de 24 horas en llegar al consumidor.  Ruimin ha concluido su intervención citando el pasaje del Evangelio de San Mateo que invita a tomar el camino difícil a través de la puerta estrecha, también se ha comparado con el Quijote de Miguel de Cervantes, al asegurar que «como él, a veces me siento solo y tengo muchos problemas, pero voy a continuar».

Uno de los más influyentes

El empresario asumió el cargo de director de Qingdao Refrigerator Factory en 1984, por entonces fabricante de neveras al borde de la bancarrota, y convirtió esta pequeña empresa china de propiedad colectiva en una marca global que en la actualidad supera a gigantes como Whirlpool en ventas mundiales. Así, Haier tiene filiales comerciales en más de 165 países, incluida España. Pero la compañía, fundada en 1920, se ha diversificado hacia el sector de la telefonía móvil y también fabrica televisores, ordenadores y numerosos electrodomésticos. Incluso ha penetrado con éxito en el mercado norteamericano, latinoamericano, europeo e indio.

Ruimin, reconocido por publicaciones como Fortune, Financial Times o CNN como uno de los empresarios más influyentes y exitosos del mundo, afronta ahora un nuevo reto en el mercado japonés, donde intentará implementar el modelo de gestión occidental que tan bien le ha funcionado hasta ahora en su expansión internacional.  Un modelo de pirámide invertida en el que el empleado es responsable de su progreso en la empresa, y en el que se les premia en base a su rendimiento. La contratación de empleados locales, la inversión en I+D, la dotación de voz y voto de los empleados dentro de sus fábricas y una atención al cliente que antepone la calidad a los beneficios, han llevado a Haier a ser una marca reconocida a nivel mundial por clientes, empleados, proveedores y competidores.

¿Te ha parecido interesante?

(Sin votos)

Cargando...

Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.