Aerolíneas Argentinas estudia acudir al concurso de acreedores de Air Comet

09/12/2010

Maite Vázquez del Río. El actual presidente de la aerolínea considera que Air Comet realizó operaciones que perjudicaron a su compañía y la llevaron a la bancarrota.

El presidente de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, ha reconocido este jueves que estudia acudir al concurso de acreedores en el proceso de quiebra de Air Comet, la aerolínea española que pertenció al grupo turístico español Marsans, y que con anterioridad había sido expropiada a la compañía argentina, cuando Gerardo Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual eran sus propietarios en 2008.

Una vez declarada en quiebra, no solo Air Comet, sino todo el grupo turístico, Aerolíneas vuelve a aparecer en el horizonte, si bien su presidente reconoce que va a ser muy difícil conseguir «un resarcimiento» por las pérdidas que la empresa española causó a Aerolíneas Argentinas. El problema será dar con los argumentos que demuestren que Díaz Ferrán y Pascial tomaron decisiones que beneficiaron a Air Comet y perjudicaron directamente a la aerolínea argentina, que el mismo Recalde interpreta que no fueron «necesariamente ilegales».

La historia se remonta a muchos atrás, aunque la «puntilla» de Aerolíneas Argentinas ocurrió cuando pertenecía al grupo Marsans. Fue declarada en bancarrota y se tuvo que hacer cargo de ella el Estado argentino, pese a que según ha recordado Recalde el Gobierno español aportó una «cantidad millonaria» a Marsans para ayudarla a salir de la situación, un dinero que «evidentemente no llegó», ha subrayado el actual presidente de la aerolínea.

En 2008, la bancarrota llegó cuando Aerolíneas Argentinas no podía pagar ni lo salarios de sus empleados durante meses y no pudo realizar vuelos de los que había vendido sus billetes porque no tenía ni para pagar el queroseno.

Pero esa es la visión argentina del problema. Ya que el grupo Marsans interpuso una demanda ante el Centro Internacional de Arbitraje de Disputas de Inversiones (CIADI), del Banco Mundial, con la exigencia de una indemnización de 800 millones de euros por la expropiación de la compañía, medida que fue aprobada en el parlamento argentino, mientras los tribunales de Buenos Aires tiene abiertos varios juicios sobre el caso, aunque todavía no hay ninguna sentencia.

Lo cierto es que Díaz Ferrán hasta pidió la mediación del Gobierno presidido por Rodríguez Zapatero para cobrar la indemnización, una petición que al parecer no fue atendida ya que según todos los rumores que circularon en aquella época por el Ministerio de Industrica, Comercio y Turismo, la actitud del también presidente de la CEOE cambio radicalmente con el Gobierno hasta el extremo de romper las negociaciones de la reforma laboral de 2008, cuando hasta entonces Díaz Ferrán había aplaudido todas las medidas del Gobierno socialista.

Y como las cosas de palacio van despacio, la Justicia argentina todavía no se ha pronunciado sobre la expropiación que el Gobierno de Kirchner hizo de Aerolíneas. Lo primero que tendrá que determinar si la compañía valía algo en el momento de su expropiación, dada su situación financiera. Kirchner ofreció «un peso» simbólico como pago, algo que Díaz Ferrán y su socio rechazaron de plano, al tiempo que reclamaban la indemnización millonaria ante el Banco Mundial.

Trasncurridos más de dos años desde la expropiación, y con Aerolíneas remontando el vuelo económico, su actual presidente se muestra escéptico ante la posibilidad que que Díaz Ferrán y Pascual vayan a ganar su reclamación, porque cuando se hizo cargo de la compañía estaba «técnicamente quebrada». Pero además, sigue haciendo leña del arbol caído, argumentando que Díaz Ferrán luego continuó quebrando el resto de las empresas del grupo, como lo demuestra la «delicada» situación en que se encuentra.

Precisamente una de las primeras empresas del grupo que fue declarada «insolvente» en 2010 fue Air Comet, compañía que exigió hasta el último momento a Aerolíneas Argentinas que le abonara cerca de 20 millones de euros por los servicios de asistencia en tierra y otra serie de servicos que le había prestado.

A día de hoy, según ha asegurado Recalde, Aerolíneas Argentinas continúa recortando su déficit operativo y no descarta que el plan diseñado para lograrlo no necesite los cinco años con el que fue diseñado. Es más, el presidente de Aerolíneas Argentinas no descarta que en 2012 se consiga cerrar el ejercicio con beneficios, sin olvidar que en 2009 sus pérdidas alcanzaron los 540 millones de dólares, habiendo facturado 800 millones, y que en este ejercicio las pérdidas rondarán los 420 millones, pese a que sus ventas han crecido considerablemente hasta los 1.250 millones.

Ante esta tendencia de reducción del déficit, Recalde aseguró que de no ocurrir nada extraño, la compañía registrará «superávit» en la cuenta de resultados de 2012, un año antes de lo previsto.

Un largo camino de bancarrota

La aparición de Marsans en Aerolíneas Argentinas no supone la primera presencia española en la compañía. Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual compraron la aerolínea a la desaparecida Sepi, quien durante años tuvo que hacer frente a sus deudas, pese a que los sucesivos gobiernos argentinos culpaban de la mala marcha de la compañía a la gestión española. En total, El Estado español perdió alrededor de 2.100 millones de euros entre 1991 y 2001 con la toma de control Aerolíneas Argentinas a través de Iberia y la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI).

De acuerdo con los datos del Tribunal de Cuentas español, el control de Iberia en la mayoría del capital de Aerolíneas Argentinas entre 1990 y 1994 le supuso unos desembolsos de 470,6 millones de euros, mientras que para el Plan de desinversión tuvo que aportar, junto al Instituto Nacional de Industria, una cantidad neta de 486,3 millones de euros.

Pero eso fue el principio, porque durante el tiempo que duró la intervención de American Airlines en Aerolíneas Argentinas (entre diciembre de 1997 y marzo de 2000), SEPI e Iberia realizaron unos desembolsos netos de 671,2 millones de euros) y 145,58 millones, respectivamente. En los meses del año 2000 durante los que SEPI volvió a asumir la gestión de Aerolíneas Argentinas, la sociedad pública realizó unos desembolsos de 719,7 millones de dólares.

Y para la venta del grupo argentino a Air Comet, SEPI realizó unos desembolsos en Interinvest de 803,2 millones de dólares, aunque el propio Tribunal de Cuentas reconoció en su día que se habían producido una serie de irregularidades en la operación de venta que tuvo lugar en 2001 a Air Comet. En concreto, explicó el Tribunal, la Sepi aportó 220 millones de euros a la sociedad Interinvest (propietaria de Aerolíneas Argentinas), que estaba controlada por Air Comet. La compañía de Díaz Ferrán debería haber destinado ese dinero al pago de pasivos y se había comprometido a capitalizar los créditos en Aerolíneas.

Pero Air Comet, con el consentimiento de SEPI, sólo destinó de este importe -en concreto 200 millones de euros-  a la compra de estos pasivos, si bien la documentación presentada por SEPI acredita que la aportación de los mismos a los fondos propios de Aerolíneas Argentinas se produjo con «cuatro años de retraso», en 2007.

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