Las eléctricas consideran que peligra el futuro de la energía nuclear

17/12/2012

Tania Juanes. El cierre de Garoña no es un tema aislado, según el sector eléctrico, que avisa que las nuevas tasas llevarán a pérdidas todas las plantas

El cierre de Garoña, la central nuclear más antigua de España en funcionamiento, se ha interpretado en medios próximos a la Administración como un órdago de las empresas propietarias de la planta, Endesa e Iberdrola al 50% a través de Nuclenor, al Ministerio de Industria para intentar cambiar aspectos de la ley de sostenibilidad energética que entrará en vigor el 1 de enero de 2013. Pero desde las compañías del sector se va más allá y se puntualiza que la citada norma de carácter fiscal pone en peligro la viabilidad de la energía nuclear. Y en este ámbito se ironiza sobre la posibilidad de que el PP -un partido que siempre ha defendido la energía nuclear- pueda ser el que con sus medidas cuestione el futuro de esta tecnología de generación eléctrica.

El argumento utilizado es que el conjunto de tasas que gravarán esta energía, que van desde el 7% que tendrá en común con otras centrales a las que tienen como objetivo el tratamiento de los residuos -2.190 euros cada kilo de uranio quemado-, impide la rentabilidad incluso de las centrales ya amortizadas, como es el caso de Garoña. Porque a esos aspectos se unen las inversiones que son necesarias para la ampliación de la vida útil de la planta y las obligadas tras el desastre de la central japonesa de Fukushima.

En este contexto, Nuclenor se refirió para justificar su decisión al elevado coste de las mejoras que estaba obligada a implementar para seguir operando, de acuerdo con las exigencias del Consejo de Seguridad Nuclear, y que se elevaba a más de 140 millones de euros. Aunque sobre todo a la incertidumbre sobre la aplicación de nuevas tasas e impuestos, agravada después por el gravamen sobre el combustible.

Detrás de Garoña pueden venir Almaraz y Ascó, se puntualiza desde el sector. Y si la norma no cambia -hasta el jueves puede introducirse alguna modificación- queda claro que ninguna empresa va a solicitar la ampliación de la vida útil de las centrales, aunque puede que además no sean rentables ninguna de las instalaciones. En España se encuentran en funcionamiento seis centrales nucleares, todas ellas en la península, dos de las cuales disponen de dos reactores cada una (Almaraz y Ascó), por lo que suman 8 reactores de agua ligera, con una potencia total instalada de 7.728 megavatios.

Sin embargo, por la ampliación de la vida de Garoña sí se dio la batalla frente al Gobierno de Zapatero cuando se decidió su cierre en 2013. Con una tecnología idéntica a la de Fukushima, en 2010 el Gobierno del PSOE aprobó su cierre el 1 de enero de 2013. El Ejecutivo de Rajoy optó por la prórroga de la actividad hasta 2019.

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