Los expertos coinciden en que el «banco malo» no servirá para reactivar el crédito

19/12/2012

Miguel Ángel Valero. La Sareb es un instrumento “importantísimo” para la reestructuración del sistema financiero, pero no es la solución que sacará a España de la crisis

El banco malo no es la solución de la crisis, aunque ayuda. Es una condición necesaria, pero no suficiente para salir de ella”. Es la conclusión de la jornada “Sareb: antecedentes internacionales, impacto y novedades regulatorias”, organizada por el Instituto de Estudios Bursátiles (IEB). La Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), más conocido como ‘banco malo’, “es un instrumento importantísimo en la reestructuración del sistema financiero, que tiene un problema de credibilidad sobre su situación real”, opina Enrique Pérez Hernández, profesor del IEB.

Paul Moran, del Centro de Estudios Europeos, considera que la Nama irlandesa, el antecedente más claro del ‘banco malo’ español, “hay ayudado a los grandes bancos y promotores inmobiliarios, no a los ciudadanos”. Y advierte del problema que va a sufrir la Sareb: “Nama tiene 15 años para vender los activos tóxicos de la banca irlandesa, pero hay mucha presión para que lo haga cuanto antes, para poder devolver las ayudas y reducir el déficit, lo que plantea dudas sobre la rentabilidad que puede registrar”. “No había otra solución que el banco malo, es fundamental para la recuperación económica, pero queremos que la crisis termine cuanto antes”, señala. “Nama sólo ha solucionado el problema de los activos tóxicos más graves”, precisa.

Juan Laborda, de Razona Estudios de Economía y Finanzas, tiene claro que “el banco malo no significa que la banca vaya a dar créditos”. Recuerda que Suecia, que vivió en la primera mitad de los años 90 un boom inmobiliario “más espectacular que el que disfrutó España”, creó un ‘banco malo’ para “desintoxicar” los balances bancarios, minimizando el coste para el Estado y haciendo soportar la factura en los accionistas e inversores de las entidades, destituyendo sin indemnizaciones a sus gestores.

Otra opción es la implantada por Rooselvet tras la Gran Depresión de 1929 en Estados Unidos: un ‘banco malo’ pensado para evitar el desahucio de las personas con hipotecas. Esa situación proporciona una lección: “la necesidad de reducir la deuda de las familias”.

En Alemania, se creó en octubre de 2008 una institución similar al Frob español. Y, como luego le sucedió a España, no fue suficiente y hubo que crear un ‘banco malo’ que sacara del balance de las entidades los productos tóxicos ligados a las hipotecas subprime norteamericanas. “Aquí la lección es que quien la hace, la paga. La factura no la paga el contribuyente, sino los accionistas de los bancos”. En el caso de Islandia, se dejó caer a los bancos, protegiendo a los accionistas islandeses, pero perjudicando a los extranjeros, fundamentalmente fondos de pensiones holandeses y británicos. Laborda recuerda que en España no ha sido suficiente el Frob, las fusiones ‘frías’ de cajas, tres reformas financieras, y se ha tenido que crear la Sareb. “El banco malo es una condición necesaria, pero no suficiente, para que España salga de la crisis”.

 

Si no hay comprador, no hay mercado

Pérez Hernández estima que la Sareb realizará 570.000 operaciones de venta de activos inmobiliarios. Critica que nace con una estructura financiera muy apalancada, con muy poco capital. Además de destacar “el error” del supervisor al permitir a las cajas “una expansión alocada”, señala que lo que enseña la crisis es que “cuando no hay un comprador, el mercado no existe, y no se puede formar un precio, por lo que el valor del activo es 0”. También subraya que “la concesión de crédito nuevo por parte de la banca no se producirá hasta que no acabe el proceso de desapalancamiento de empresas y familias”.

Laborda cree que la clave de la Sareb estará “en el coste para el contribuyente” y que éste dependerá de cuándo se produzca la recuperación económica. Destaca que el dinero que el BCE ha inyectado en los bancos “no ha circulado en forma de créditos”. “El problema es que la deuda de las familias se apoya en un activo cuyo precio se ha desplomado”, argumenta.

Moran opina que “los plazos para la creación del banco malo en España han sido muy cortos”. Y que la Sareb “nace en el peor momento”. Considera que “Irlanda debe ser el modelo para la salida de la crisis en la Unión Europea”, pero que “el banco malo no es la solución de la crisis”. “Los inversores internacionales tienen una gran incertidumbre sobre lo que va a pasar en 15 años”, afirma para explicar por qué no han entrado en la Sareb. “Otros tienen claro que esos activos serán rentables dentro de 15 años, pero no tienen dinero para comprarlos”, añade.

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