Ahora ya sabemos, porque lo dijo Mariano Rajoy, que el Gobierno tomó la decisión de “no pedir el rescate” de las finanzas públicas porque no interesa a los españoles y el euro ya no está en peligro. En esa decisión algo ha tenido que ver el PSOE, contrario al rescate, y bastante las fuerzas sindicales y los colectivos sociales que el 14-N montaron la segunda huelga general y sacaron a millones de personas a las calles exigiendo un referendo. Pero esto no quiere decir, según aclaró Rajoy, que el Gobierno haya renunciado a acudir a los mecanismos de rescate de la UE si lo considera necesario. Quien sí lo estima conveniente es el portavoz de CiU, el señor Durán i Lleida, aunque no dice por qué, bajo qué condiciones y con qué efectos.

La renuncia al rescate fue lo único que los grupos parlamentarios sacaron en claro de la sesión informativa protagonizada el miércoles por el jefe del Gobierno sobre las dos últimas cumbres de la UE. La primera, dedicada al presupuesto comunitario para los próximos cuatro años, se saldó con un aplazamiento hasta enero. España aporta 12.000 millones de euros cada año al presupuesto comunitario y va a perder más de 15.000 si se mantienen las cifras previstas. Este dato lo dio Rubalcaba, que mantiene una comunicación fluida con el titular de Exteriores, José Manuel García Margallo. El secretario general socialista pidió a Rajoy lo mismo que éste exigió a Zapatero: que “pelee sin descanso y busque el dinero debajo de las piedras”. Rajoy le contestó que el saldo negativo para España fue entonces de 43.000 millones y “ahora ni la mitad de la mitad de la mitad”, o sea, 8.250 millones de euros. Ya veremos.

De la segunda cumbre, el fin de semana pasado, Rajoy salió contento de que el Banco Central Europeo (BCE) se convierta en el supervisor del 90% de nuestro sistema bancario y, cual Galileo Galilei, exclamó: “Y sin embargo, se mueve”. Según Rosa Díez, cuando el sistema bancario alemán se queda fuera de esa supervisión, más que motivos de satisfacción habría que hablar de desconfianza hacia España. Según Rubalcaba, se hecha en falta un marco regulador común y un fondo de resolución común. “El BCE puede decidir cerrar un banco español y esa decisión la pagarán los españoles”. Según Aitor Esteban, que se estrenó como portavoz del PNV, vale preguntarse para qué sirve ya el Banco de España si ni siquiera supervisa.

Puesto que Rajoy acumula más de veinte peticiones de comparecencia sobre la política económica y social y su grupo las ha rechazado todas, la oposición aprovechó la comparecencia para situarle ante el empobrecimiento general de los ciudadanos y los estragos sociales de sus recortes. Cayo Lara, de IU, le anunció una dura carta navideña exigiéndole que combata el fraude de las grandes empresas, que retire la reforma laboral, que someta el ajuste a referendo y que no provoque ni un desahucio más.

Rubalcaba y Rafael Larreina, de Amaiur, coincidieron en la impresentable cesión de soberanía a la UE sin agenda social ni unión política y fiscal. Rubalcaba le exigió que luche contra los paraísos fiscales y le preguntó si va a aceptar el Acuerdo Rubik con Suiza –que implicaría “que los suizos dan un poco de dinero a España a cambio de que nos olvidemos de las cuentas opacas de españoles en ese país”–, a lo que el ministro Cristobal Montoro contestó que no. Rajoy aseguró que la lucha contra el fraude será una prioridad en 2013 por este orden: a la Seguridad Social, al fisco y al sistema de desempleo.

El del PSOE consideró injusto que se apresuren a quitar la tasa a los depósitos bancarios, contraviniendo la aplicación constitucional de ese impuesto en Extemadura, Andalucía y Canarias para sufragar servicios sociales esenciales, y, ya en el turno de preguntas refutó la afirmación de Rajoy al celebrar su primer año de gobierno diciéndole que “usted no elimina problemas, los crea”. Y le aseguró que “nosotros, cuando gobernemos, derogaremos la reforma laboral; volveremos a dar carácter público a los hospitales que ustedes han privatizado e impediremos que nadie quede sin atención sanitaria en España porque no es un país decente el que deja que la gente sufra a la puerta de los ambulatorios por no poder pagar la Sanidad”. A lo que Rajoy respondió: “Ustedes no tienen autoridad moral”, y recibió un prolongado aplauso de su grupo.