Cumpleaños de la Infanta Elena, la reina que pudo ser

20/12/2012

Carmen Duerto, biógrafa de la Infanta Elena. “Mariuca, no le des tan fuerte a mi padre”. Mariuca pegaba sellos en un sobre dándoles con su puño.

El padre, es el rey Juan Carlos, quién pide que no le den golpes, Elena de Borbón y Mariuca, una profesora del colegio Santa María del Camino al que acude Elena.

Esta es una de las miles de anécdotas protagonizadas por Elena de Borbón en sus 49 años de vida. La primogénita de unos príncipes de España, título inventado por Franco para darles algún tipo de distinción en esa situación rara en la que se encontraba el joven matrimonio formado por Juan Carlos de Borbón y Sofía de Grecia, allá por 1963.

Un 20 de diciembre de ese año, nacía casi de madrugada la primogénita de la pareja. En una clínica privada y ayudada a nacer por cuatro médicos, entre los que se encontraba el de la familia real griega, viene al mundo una niña rubia con 4,3 kg de peso, no el ansiado varón que todos los linajes prefieren como primogénito. Dada la singularidad en la que vivían, don Juan Carlos bajó a la cafetería de la clínica, sin escoltas, ayudas, encargados de prensa y etc, etc, para decírselo a los escasos periodistas que esperaban la noticia.

Ella se ha criado viendo Mazinger Z, Falcon Crest, Dinastía y en especial la serie “V”, que eran unos lagartos que les tenían fascinados a don Juan Carlos y ella. Era tal la pasión que sentían padre e hija, por esa serie que uno de los capítulos les pilló en un desfile de corvetas en La Coruña y en cuanto pudieron se metieron en el Azor para ver el capítulo de “V” en la televisión en ese yate que usaba Franco para pescar. No sólo Elena siente pasión por la televisión, el resto de la familia también, de hecho su hermano, se casó con la periodista de un telediario.

Elena, siempre se ha dicho, es un calco de su padre pero con falda. Apasionada, enamoradiza, con genio, sentimental, cabezota, voluntariosa, caza, monta a caballo, navega, esquía, le gustan los toros, el flamenco, hacer pasteles, la bandera de España, vivir y vivir bien.

Se casa enamorada y pensando que lo hace para toda la vida, se ilusiona con su boda que sigue al detalle y se pasa horas abriendo los regalos que le llegan al palacio de la Zarzuela. Luego, se topa con la vida real y descubre que las ruedas de los coches se pinchan, que hay vecinos en los edificios, que los frigoríficos no son mágicos y hay que llenarlos, que hay porteros en las casas, que esas direcciones de las calles, que en sus postales no había, existen….En una de las clases de lengua, la profesora les está enseñando cómo se escribe una carta y cuando llegan al sobre, en donde va la dirección, Elena alza la mano y le dice; “Señorita, en mi casa no hay calles. Qué pongo”.

Elena, llega al mundo real porque es el que le toca vivir y en el que ya han dejado claro, desde el último desfile de las fuerzas armadas, que ella forma parte de la Familia Real, peroque está fuera del lugar destacado que hasta ahora ocupaba. Ella, aun siendo la primogénita, no será la princesa de Asturias porque en la línea de sucesión recogida en la Constitución es discriminada por ello, resulta que ella es mujer se le da preferencia al varón. “La infanta Elena. La reina que pudo ser” de ahí que su biografía, editada por La Esfera de los Libros, lleve ese título.

Elena puede celebrar su cumpleaños, después del acto oficial de presidir una sesión ordinaria de la Asamblea General del Comité Paralímpico español, desde montando a caballo en el Club de Campo, a cenar con unos amigos, con sus padres en La Zarzuela o en una fiesta sorpresa que le organicen. De todo ha tenido en estos 49 años de cumpleaños.

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