El desplome gradual de la rentabilidad de las empresas productoras de energía eólica, tras los últimos decretos aprobados por el Ejecutivo actual y el anterior, también empieza a pasar factura a las entidades financieras. La banca ha estado implicada en estos proyectos, ya sea a través de la participación en el capital de algunas sociedades como por la concesión de préstamos, básicamente bajo la forma de project finance. En conjunto las entidades financieras cuentan con un riesgo de más de 15.000 millones de euros con las promotoras, en el entorno del 60% de la deuda total acumulada por este sector.

Aunque la crisis afecta al conjunto del colectivo son ahora las empresas más pequeñas y que no cuentan con el apoyo de un grupo diversificado las que han comenzado a negociar con la banca la refinanciación de su deuda. Y se hace en un etapa poco propicia para estas operaciones, con la banca poco dispuesta a ceder y con una perspectiva incierta para la energía renovables, también para la eólica, hasta que se conozca la nueva ley energética que fijará el marco de actuación de todas las operadoras del sector eléctrico.

A 31 de diciembre de 2012 existía en España un total de 22.785 megavatios de potencia instalada de esta tecnología. A la cabeza se sitúa Iberdrola, con el 24,2%; seguida de Acciona, con 18,6%; EDP, con el 9,2% y Enel Green Power España, con el 6,2%. Por su parte, ACS, a través de EyRA, cuenta con un 2,2%. Pero existen además decenas de pequeños promotores-generadores con menos capacidad para afrontar los cambios regulatorios, pero que también han precisado de fuertes inversiones en una actividad que es muy intensiva en capital.

En medios del sector se destaca que la retribución de la generación eólica en España es ahora una de las más bajas en Europa, detrás quedan Dinamarca, Holanda y Suecia.