Nacionalismo inversor: no gracias

13/01/2011

diarioabierto.es.

Imagínese por un momento que usted no se llama Juan García sino Johann Schmidt, que no vive en Segovia sino en Dortmund y que domingo pasado usted no comió paella sino salchichas con sauerkraut (pronúnciese ”chucrut”).

Imagínese que el gestor de su dinero le comenta que el 100% de su inversión en renta fija está en bonos del tesoro español y en depósitos de cajas de ahorro españolas y que el 100% de su inversión en bolsa está en acciones del IBEX-35. Lo más probable es que usted despidiera a su gestor al día siguiente por haber asumido un riesgo de concentración en España que para un ahorrador alemán responsable, como usted, sería absolutamente intolerable.

Suponga que, volviendo de nuevo a ser Juan García y viviendo en Segovia, su gestor le dice que usted está invertido al 100% en bonos y bolsa griega. Su reacción sería la misma que la del Sr. Schmidt respecto a España: intolerable concentración en Grecia para un ahorrador español responsable.

¿Por qué Johann Schmidt no acepta los riesgos que tolera Juan García? ¿Y por qué Juan García no acepta los riesgos que eventualmente toleraría Ioannis Papadopoulos?

El “localismo” inversor es un error habitual. Lo más conocido y lo más cercano parece más seguro y más barato. Las aventuras fuera del entorno local son una alternativa sólo para los profesionales y los expertos.

Pero el dinero no sabe de nacionalismos. Lo realmente responsable es diversificar geográfica y sectorialmente. No hacerlo es una temeridad que a la larga nos costará dinero. La prima adicional de riesgo por no diversificar no compensa el posible diferencial de rentabilidad obtenido: los mercados financieros penalizan habitualmente la concentración de riesgos.

Desafortunadamente algunos gestores españoles aún no han aprendido la lección de la página número uno de cualquier manual serio de inversiones: “diversificar es la clave del éxito para el ahorrador”. España (los bonos del tesoro y el IBEX-35) ha sido sin duda, en los últimos 20 años, una de las mejores alternativas para los ahorradores. Pero las oportunidades no sólo están en España y menos aún cuando ya se han exprimido.

Mientras que el año pasado la bolsa española perdía un 17%, la bolsa alemana ganaba más de un 15%, la americana un 10% y las emergentes una media del 20%. Mientas que una inversión en bonos españoles a medio plazo perdía más del 3%, los bonos alemanes ganaban más de un 2%.

No sabemos lo que va a pasar el año que viene. El 2008 y el 2009 fueron dos años extraordinarios del punto de vista de las rentabilidades de los mercados financiero. El primero fue extraordinariamente malo y el segundo extraordinariamente bueno. Después de dos años extraordinarios era difícil tener también un tercero. Y así ha sido. 2010 fue, de media, un año razonablemente estable. Probablemente 2011 también lo será pero sólo si nuestro ahorro está adecuadamente diversificado.

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