Amagó el mercado americano con seguir la estela del europeo, pero a media tarde corrigió el rumbo justo cuando perdía el primero de los soportes el S&P 500. En la zona de los 1.275 puntos comenzó la reacción que llevó incluso a pensar en terminar la jornada con ganancias, pero al final se contentó con limitar mucho las pérdidas y esperar a mañana, que tras el cierre tendrían lugar acontecimientos importantes, como los resultados de Google. Y eso son siempre palabras mayores.

Pero esta tardía reacción ha dejado al mercado sumido de nuevo en la duda. De un lado, el número de valores en pérdidas en el NYSE duplicó ayer al de ganadores, lo que supone, si  los índices son más equilibrados que el mercado, que son los grandes los que más están aguantando el tirón. Vayamos con los números. En el S&P 500 bajaron 266 valores, de lo que se deduce que entre los grandes (que no los grandísimos) la cosa está más equilibrada. En el Dow Jones (que sólo incluye a los grandísimos) la cosa está aún más a favor, ya que subieron 16 y bajaron 14. Podrían interpretarse estos números como un signo positivo, pero yo, que soy de natural pesimista, creo que es más bien una advertencia: el mercado lo llevan ya varios días sosteniendo sólo los grandes y en cuanto estos duden nos iremos al garete. Mejor que no duden y que el resto se contagie de ellos, porque como sea al revés…

En fin. Buscaremos el lado positivo y para eso nada mejor que Google. Ha vuelto a batir al mercado y ha anunciado el ascenso de Page a la presidencia ejecutiva. En el «after hours»· parecen habérselo tomado a bien. Más datos positivos. AMD, el principal rival de Intel en el mercado de microprocesadores, también ha batido las previsiones y aunque en un primer momento amenazó seriamente con dispararse en el «after», parece haber vuelto a quedar plano. Mañana saldremos de dudas porque ha llegado la hora de la verdad.

Nos iremos a la cama con la idea de que los grandes siguen firmes y que no todo está perdido en este retroceso. Para muestra, los índices. El Dow bajó un mínimo 0,02%, el S&P 500 un 0,13%. El peor parado fue el Nasdaq Composite, que recordó los tiempos en los que su volatilidad era extrema y bajó un 0,77%. Se nota que aquí pesan menos los «grandes».